CONFLICTO CON UN REY

Hoy día vivimos en sociedad. Nos relacionamos con compañer@s de trabajo, con amig@s, con familiares, con la pareja, con cristian@s en comunidad, etc. Nunca esperaríamos tener conflicto con ninguno de ell@s. Siempre se piensa que se trata con personas educadas y respetuosas pero nos encontramos con todo lo contrario  y es en esos momentos donde se muestra de lo que estamos hechos: de nuestro carácter o del carácter que Dios nos amolda.

Si habéis leído los 2 capítulos de la lectura previa, David tuvo un conflicto con el rey Saul, a quien le estuvo sirviendo como músico calmante y como soldado general de sus ejércitos, responsabilidades que desempeño con diligencia y humildad.Para Saul, el reino era suyo por derecho propio, para David el reino era de Dios. Dios aparto su mano de Saul por su rebeldía y bendijo David con éxito. Dicho éxito saco fuera de Saul su envidia, su odio, su manipulación y su intento de asesinato. El conflicto con Saul saco de David su humildad y su confianza en Dios.

 

ENVIDIA FRENTE A HUMILDAD

Pero mientras cantaban y bailaban, las mujeres repetían:
 
“Mil hombres mató Saúl,
y diez mil mató David.”
 
Esto molestó mucho a Saúl, que muy irritado dijo:
–A David le atribuyen la muerte de diez mil hombres, y a mí únicamente la de mil. ¡Ya solo falta que le hagan rey!

 

A partir de entonces, Saúl miraba a David con recelo.
 

Juan 5:44

¿Cómo pueden creer ustedes, si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único?

 

MANIPULACION FRENTE A CONFIANZA EN DIOS

18.17. Saúl pensaba que no necesitaba matarlo él personalmente, sino que los filisteo se encargarían de ello.
18.20 Pero Mical, la otra hija de Saúl, estaba enamorada de David. Y cuando se lo dijeron a Saúl, le agradó saberlo,
18.21 pues pensó dársela a David como esposa para que ella le hiciera caer en manos de los filisteos. 
18.25 Entonces Saúl, con la intención de que David cayera en manos de los filisteos
19.1 Saúl ordenó a su hijo Jonatán y a todos sus oficiales que mataran a David
 

Salmos 59:1-4, 16-17

 

1. Dios mío, líbrame de mis enemigos; ponme a salvo de mis agresores.
2 Líbrame de los malhechores, sálvame de los asesinos,
3 porque hay hombres poderosos que esperan el momento de matarme.

    Señor, no he sido rebelde ni he pecado;
4 no he hecho nada malo, y, sin embargo, se apresuran a atacarme.
   ¡Despierta! ¡Ven a mi encuentro y mira!

16 En cuanto a mí, te cantaré por la mañana;  anunciaré a voz en cuello tu amor y tu          poder. Pues tú has sido mi protección, mi refugio en momentos de angustia.
17 A ti cantaré himnos, Dios mío, pues tú eres mi fortaleza y protección;
      ¡tú eres el Dios que me ama!

Salmos 37:7,34

 

7 Guarda silencio ante el Señor; espera con paciencia a que él te ayude.
    No te irrites por el que triunfa en la vida, por el que hace planes malvados.

34 Tú, confía en el Señor, y obedécelo, pues él te enaltecerá y te dará el país como              herencia. ¡Con tus ojos verás la destrucción de los malvados!

QUE EL SEÑOR OS GUARDE


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