Este domingo, 26 de febrero, tuvo lugar el RETIRO DE CUARESMA de Crismhom, siendo acogid@s en la Parroquia de Guadalupe.
A las once y media fuimos llegando de diversos rincones, no solo de Madrid sino del sur de España y allende los mares, conformándose un grupo muy diverso de personas. Esta diversidad ya apuntaba maneras a lo que compartiríamos a lo largo del día. Comenzamos con la oración de acogida de la mano de la Comisión de Liturgia.
De 12:15 a 13:15 tuvimos la suerte de contar con la presencia de Elena y Clara, hermanas de la Congregación Misioneras Siervas del Espíritu Santo, una de las llamadas Comunidades de Vida donde religiosas y equipo de Cáritas de Madrid reciben con los brazos abiertos a las usuarias del Centro de Atención a la Mujer Concepción Jerónima (https://www.caritasmadrid.org/actualidad/el-color-y-la-riqueza-de-la-caridad).
Bajo el lema del retiro de hoy, «TIEMPO DE PERDÓN, TIEMPO DE SANACIÓN» Elena comparte sus experiencias vitales donde el darse a los demás supone un proceso sanador para un@ mism@, acercándonos a la diversidad de las mujeres que ha acogido y sonreído a lo largo de su vida. Clara, procedente de Indonesia da un toque más diverso, aún si cabe, a la experiencia de acoger al/la herman@. Las experiencias de vida de ambas nos llegaron a lo más hondo y nos prepararon para ver el tiempo de Cuaresma desde la acogida de la otra persona, no como lástima sino desde el amor.
Toca un pequeño brunch a modo de descanso y coger fuerzas para el resto de la mañana. James Alison, desde su experiencia de vida y su dilatada trayectoria teológica nos lleva al encuentro con Jesús en el tiempo de Cuaresma no desde la búsqueda del perdón como chantaje o exigencia moral, sino desde la profunda experiencia de SANACIÓN. Dejándonos una serie de textos para meditar en el tiempo de oración personal de la tarde.
A las 15:30 nos disponemos a comer y compartir unas risas. Después será el tiempo de oración personal, donde cada un|@ hará uso del medio que le resulte más confortante: un café para compartir vivencias, un momento de silencio en el Parque de Berlín, orar en la Cripta de la parroquia, un momento de Exposición del Santísimo en la Capilla del Hijo, encuentro con el sacramento de la reconciliación, etc.
Tras el momento de poner en común lo meditado, lo orado, …, el sentir de la jornada, nos disponemos a dar gracias por lo compartido a través de la Eucaristía, que celebramos en un espacio tan acogedor como es la Capilla del Padre.
A continuación compartimos con vostr@s el sentir de algunos de los participantes:
«Un encuentro donde lo que destacó fue la fraternidad, el diálogo y constatamos cómo los caminos diferentes se encuentran haciendo posible el perdón y la sanación. Una caricia de Dios por medio de tantos rostros y nombres» (Luisma)
«Muy contento de haber venido al retiro. Fue intenso, profundo, enriquecedor y divertido. Pude reencontrarme con Dios, que me ama como soy y me guía a ser mejor para los demás. Impresionante el testimonio y el compartir de las hermanas y hermanos, ¡ayuda tanto! Con ganas del siguiente» (José Luis)
«Fue un retiro con tiempo sólo para el ENCUENTRO. Encuentro con Elena y Clara que nos hicieron ver cómo Dios se hace presente con pequeños gestos que engrandecen el alma y la dignidad de “todes” las personas; con James, que nos “rompió el corazón” y nos dejó con la duda de dónde estaría nuestro “Andrew”. Con los de siempre, que fortalecen la unidad de la comunidad; y, con los nuevos, que siempre enriquecen la pluralidad. Y, Dios, siempre en medio, presente en cada encuentro» (Antonio)
«En este retiro se han compartido testimonios que han conectado directamente con mis emociones y me han ayudado a dar luz a mis sombras. Salgo de este encuentro con una visión muy amorosa del perdón que nos ofreció Jesús, en la cruz. Me voy con paz. Hemos partido de nuestras experiencias vitales, y ese anclaje experiencial en ocasiones incluye referencias a nuestra condición LGTBI+ porque forma parte de nosotros, pero como tantas otras circunstancias que también nos son propias. Sin embargo, me gusta que el foco del discurso no haya estado centrado en nuestra orientación sexual sino en nuestra experiencia de fe y en la manera en que Dios toma la iniciativa por amor a la humanidad, y en ese sentido el retiro podía ser igualmente fructífero y salvífico para cualquier persona. Es enfoque me parece la mejor forma de reivindicar la igualdad» (José María)