Celebración de Bienvenida: Saludo del Presidente y Rito de Acogida

El pasado jueves 14 de noviembre 2013 hemos tenido la celebración de acogida como miembro comprometido de un simpatizante de la comunidad. Recogemos aquí las palabras de nuestro Presidente y el rito celebrado. Ha sido un día de júbilo y esperanza, porque nuestra comunidad sigue creciendo.

 

 

SALUDO DEL PRESIDENTE

 

Querido Norberto, queridos todos y todas:

 

Hoy es un día de gran alegría para toda nuestra comunidad. Hoy uno de nuestros simpatizantes ha querido dar un paso al frente y responder: “Aquí estoy, vengo porque me has llamado”. Sí, ser miembro comprometido de Crismhom no es pertenecer a una élite, ni a ningún grupo especial. Es responder a una llamada. Llamada que cuando es respondida te une de manera especial a un pueblo, a una comunidad, a Crismhom.

 

Cristianos y cristianas de Madrid. Es decir, hombres y mujeres que queremos que Jesús sea el centro, el único y absoluto señor, de nuestra vida personal y comunitaria. Queremos ser hombres y mujeres con y desde el Señor. Esta convicción profunda constituye la base de la vida comunitaria y, a la vez, nos lleva a construir una comunidad.

 

Y una comunidad de diversidad sexual, en la que se testimonio de forma profética que Dios no hace acepción de personas, y que los que como dice la Epístola de Pedro, “antes no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios, a los que antes os tenían por excluidos ahora habéis sido acogidos”.

 

Respondiendo a esta llamada entras en un comunidad donde no somos amigos, sino hermanos, y hermanos que te los da Dios, no los eliges tú. Y de unos serás muy buen amigo, a otros tendrás que aprender a quererlos e incluso a soportarlos. De todos recibirás lo mejor de sí mismos. Siempre en lo bueno y en lo malo, son los hermanos que Dios te ha dado, aquellos con los que te ha llamado a recorrer este camino.

 

Querido Norberto, vives, vivimos en un momento de esperanza eclesial, de cambios, y al mismo tiempo en muchos países tantos hermanos nuestros sufren persecución e incluso la muerte por lograr aquellos que desde Crismhom estamos llamados a testimoniar: la plena igualdad de todos los hombres. Por eso en este momento Crismhom necesita esa Parresía cristiana, esa audacia para tener la lucidez de distinguir lo que debe ser permanente de lo que puede, debe incluso, cambiar. Ser capaz de reconocer lo fundante, lo nuclear y cuidarlo, mantenerlo, recrearlo. Para todo lo demás desarrollar mucha imaginación, mucha capacidad de cambiar. No aferrarse a los “cómos” concretos, ir buscando más bien en cada momento las maneras idóneas para hacer realidad lo que se quiere vivir. No dogmatizar con la tradición, no decirnos que siempre se ha hecho así. Asumir esta clave no siempre es fácil y tiene un coste importante tanto para los que les toca “abrir brecha” como para los que buscan moverse por los territorios conocidos y lo constante y predecible. A ambos hay que cuidar de manera especial en diferentes momentos.

 

Somos una comunidad muy plural. Lo mismo que el arco iris. Aquí vas a sufrir el conflicto. Vas a aprender a renunciar a ti mismo, para poder abrirte al otro, y vas a aprender que sólo cuando nos abrimos a los demás, somos verdaderamente cristianos. Vas a aprender que vivir, ser, existir, cristianamente hablando, es sinónimo de amar, de entregar la vida en servicio. Asumir positivamente la asimetría, la pluralidad en los ritmos y en los acentos de cada hermano y ser capaces de desarrollar estructuras flexibles que se adapten a esta realidad. No caer en la tentación de la homogeneidad, reconocer la riqueza del distinto, aunque a veces me incomoda y descoloca. Ser capaces de alimentar la pluralidad y las estructuras asimétricas en la comunidad, con una firme unidad en torno a lo nuclear de la comunidad y sus símbolos propios.

Reconocer el conflicto como fuente de crecimiento y por tanto creador de fraternidad. No rehuir el conflicto aunque provoque tensión. Descubrir el perdón como el perfecto don. Practicarlo, hacerlo vida, realidad en la historia personal y comunitaria. Probablemente nada une tanto como el conflicto y la reconciliación en el Señor.

 

Queridos todos. Este es el momento de renovar aquello que prometimos, unos hace no mucho y otros hace bastantes años. Unos seguimos con ilusión, otros no tanta. Vamos a sentir que ahora todos comenzamos de nuevo, como si fuera el primer amor. Vamos a volver a recuperar esa comunidad que nos ilusionó, que nos hizo soñar. ¡Qué sabrá el que no ha sufrido! Alimentar la ilusión, la capacidad de buscar nuevos retos, de mirar hacia el futuro con deseo de seguir caminando. No pensar nunca que ya hemos llegado, no conformarse. Mantener una tensión creativa y positiva entre lo que somos y lo que hemos soñado. Recordarnos permanentemente que somos hijos de una promesa, que Dios nos ha prometido “una tierra que mana leche y miel” (Ex 3, 17)

 

 

RITO DE ACOGIDA

 

 

“Como testimonio patente del compromiso que quieres hacer público al entrar en la asociación, déjame preguntarte por tu identificación con los valores de Crismhom. Cada uno de los socios de Crismhom puede aprovechar para interiorizar las mismas preguntas como confirmación de su papel de miembro comprometido. Así, (N.) te pregunto:

 

¿Te comprometes a vivir en Crismhom, en la medida que te sea posible, el mensaje de Cristo? ¿Te comprometes a vivir los valores de Nuestro Señor, seguir sus enseñanzas, aprender con la Comunidad, respetar a sus miembros, compartir con ella y crecer espiritualmente?

 

¿Te comprometes con el fin de la Asociación (expresado en su Estatutos y documentos asamblearios) que es en esencia el de convocar a todas las personas, principalmente del ámbito LGTB pero también heterosexuales, que se identifiquen con la consecución de la plena inclusión de la diversidad sexual en la sociedad y en las iglesias cristinas?

 

 ¿Te comprometes a ayudar a los miembros comprometidos y simpatizantes de Crismhom por medio de lo que tus dones te permitan así como a la comunidad LGTB y, en general, apoyando a los necesitados y personas que sufren?

 

Norberto, esto es nuestro ser como asociación que nos alegramos de compartir. Que el Señor te de fuerzas para seguir esta andadura que hoy has hecho pública en Crismhom y que los demás te sirvamos de ayuda en ese camino.”

Amén


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