«Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro»

Día litúrgico: Viernes XXIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 6,39-42): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano».

No dejas de sorprenderme

No dejas de sorprenderme, mi Dios Desconocido.

Y hoy no he podido pronunciar palabra hasta este momento, aunque sea escrita.

Me has vuelto a arrancar un «SI» de mi «no».

Y no se si, en esta fecha mariana especial, ha sido nuestra Madre quien te lo ha arrancado a Ti para hacérmelo llegar o quien me lo ha arrancado a mi para hacértelo llegar.

De todos modos: ¡Así sea mi Dios y Gracias Mamá! 

Así son los hijos de la luz

Cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de baluarte en baluarte
hasta ver a Dios en Sión.

De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.

«Bienaventurados los pobres. (…) ¡Ay de vosotros los ricos!»

Día litúrgico: Miércoles XXIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 6,20-26): En aquel tiempo, Jesús alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: «Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas.

«Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios»

Día litúrgico: Martes XXIII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Mismo tiempo y espacio

 La vida misma, en sus múltiples detalles cotidianos, tiene escondidos los rostros de Dios.

Creo firmemente que nuestra vida personal es una historia de amor entre la creatura y su Creador.

Pues, en esa historia, aprendo mogollón.

Por ejemplo: que a unxs debo aprender a amar hasta el día de mi muerte.

En cambio a ese OTRO (Creador, Señor, Maestro, Amante, Amigo), debo AMAR hasta el final de los tiempos.

Y que ese Amor tiene la misma Fuente, dándose en un mismo tiempo y espacio.