«Dios mío, yo quiero cantarte un canto nuevo
y tocar para ti con el arpa de diez cuerdas,» Salmo 143: 9
A veces me despierto así.
Son días.
A veces separo la vista de mis problemas y es cuando sale ese deseo de dar algo nuevo al mundo que me rodea y al Dios que en el habita.
Son días de aire puro, de desahogo, porque lo veo todo claro y entiendo.
Si la canción que canto cotidianamente me produce malestar y opresión, aun cuando ya me haya acostumbrado a ella, pues PUEDO APRENDER un nuevo instrumento (con más cuerdas) y cantar UNA NUEVA CANCIÓN.
Mi canción nueva al mundo y a Dios.
Si Él es mi guardián, a qué temeré???
Cambiar mi canción de miedos a una canción nueva de Amor y Confianza, es el mayor don que puedo darle al mundo y a mi Señor.