Benjamín Forcano, teólogo, habla sobre el matrimonio homosexual

Desde la página de Cristianos gays, extraemos un fragmento de un artículo escrito por Benjamín Forcano, que hace referencia al matrimonio homosexual. En este artículo ,también se cita a John Boswel, quien a través de sus investigaciones llega a concluir que “La iglesia primitiva (siglos VI al XIII) no sólo era tolerante con las relaciones románticas y eróticas entre varones, sino que las santificaba ceremonialmente”.

2. El caso emblemático de los homosexuales

No hablo de unión homosexual o de matrimonio homosexual, por una razón muy simple: porque es inútil hablar de uniones homosexuales, querer reconocerlas, y reconocerlas jurídicamente, si previamente no se reconoce la validez de la homosexualidad. La batalla se plantea en este terreno: ¿se admite o no la homosexualidad, es decir, como una variante legítima de la sexualidad humana, que la hace éticamente válida?

Ciertamente, es un progreso recomendar respeto a los homosexuales, con exclusión de todo lo que sea despectivo o vejatorio. Los homosexuales son personas y, como tales, merecen el mismo respeto que todos los demás.

Pero, la inculcación de ese respeto carece de base, es en cierto modo aparente, si luego se sigue manteniendo que la homosexualidad y la relación entre homosexuales es desordenada, desviada, intrínsecamente perversa. Por más que se proclame, si yo mantengo que el homosexual es un desviado y un perverso, en el fondo seguiré abrigando distancia, temor y desconfianza.

Se trata, por tanto, de averiguar si la homosexualidad, éticamente hablando, teológicamente hablando, es admisible o no.

a) La postura actual de la ciencia.

La homosexualidad es un fenómeno ligado a la condición humana. “Los estudios médicos, psicológicos, antropológicos y sociológicos apuntan de modo inequívoco hacia la descalificación de la homosexualidad como enfermedad, desviación psicosopática o perversión sexual. La homosexualidad va siendo reconocida como una orientación sexual que la naturaleza permitió. En razón de ello , el Consejo de Europa ha instado a los gobiernos de sus países miembros a suprimir cualquier tipo de discriminación en razón de la tendencia sexual” ( C. Domínguez Morano, La homosexualidad en el sacerdocio y la vida consagrada, ST, 2202, nº 90, pp. 133-134).

b) La postura de la Iglesia Católica.

Todavía hoy, dentro de la Iglesia católica, se da un firme rechazo a admitir la homosexualidad como un hecho natural de validez ética. Existe, sin embargo, en ella una postura abierta y crítica que muestra disentimiento y exige cambios hacia el futuro. Pues esta norma, como otras, es deudora de unos presupuestos del pasado que no concuerdan con los nuevos avances de las ciencias. La fidelidad al Evangelio no tiene por qué incluir la fidelidad a un modelo cultural heredado, hoy en buena parte sobrepasado. Cito, como muestra de esta postura, las palabras del teólogo Schillebeecks: “En lo que respecta a la homosexualidad, no existe una ética cristiana. Es un problema humano, que debe ser resuelto de forma humana. No hay normas específicamente cristianas para juzgar la homosexualidad” (Soy un teólogo feliz, Madrid, 1994, p. 109) .

Por otra parte, y para una visión -seguramente sorprendente para muchos- remito a mi largo artículo “La ley de los matrimonios homosexuales” publicado en la revista Exodo (1906, págs. 18-27, nº 85). En él, cito la consistente investigación realizada por John Boswel que llega a concluir que “La iglesia primitiva (siglos VI al XIII) no sólo era tolerante con las relaciones románticas y eróticas entre varones, sino que las santificaba ceremonialmente”.

*Podéis leer el artículo completo haciendo click en fuente.

Fuente: Cristianosgays.com


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