Aprendiendo a escuchar

Aprender a escuchar supone regular nuestro grado de implicación emocional con la situación ajena, porque la escucha tiene un precio personal, supone la fatiga por compasión, entrar en el mundo de la vulnerabilidad, desaprender las tendencias espontáneas de anestesia o de deseo rápido de aliviar el malestar. El arte de la escucha lo encarnamos cada uno, tenemos nuestro color personal para acoger sin palabras a la persona, mostrando verdadero interés.

Sobre la escucha

Escuchar es de sabios, de personas que han madurado en la humildad, de los que identifican que tienen algo que aprender de los demás. Escuchar es adentrarse en realidades que no son gratas de contemplar y para las que no tenemos solución. Nos da miedo escuchar porque nos tocarnos de frente con nuestra limitación y vulnerabilidad. Escuchar es simplemente estar en silencio sin pensar en lo que vamos a decir, activar el rádar emocional para detectar los sentimientos y el significado de las palabras y la conducta no verbal de quien se relaciona con nosotros. Escuchar es el primer deber del que quiere amar.

Sobre la compasión

Compasión es sentir que se nos estremecen las entrañas al entrar en contacto con la realidad de sufrimiento de quien tenemos cerca, porque nos hemos hecho próximos (prójimos). Ese contacto genera un impulso que nos estremece, conmueve nuestras entrañas y nos mueve a actuar. La compasión es un acto de la voluntad que nos llama a acompañar a los demás.

2015-10-06 Comunicado ante la declaración de homosexualidad de un miembro de la congregación para la doctrina de la fe

Desde CRISMHOM (Cristianos/as Homosexuales de Madrid), comunidad cristiana ecuménica de diversidad sexual que acoge a personas LGTB y también a heterosexuales comprometidos con los derechos del colectivo, y cuyo objetivo es manifestar y promover la dignidad de las personas LGTB, luchar por sus derechos dentro de las Iglesias cristianas y demostrar con la vida y con las obras la compatibilidad entre la fe cristiana y la orientación homo o bisexual e identidad transexual de género, queremos agradecer públicamente la valentía del sacerdote Krzysztof Charamsa, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por haber hecho pública su homosexualidad la víspera del comienzo del Sínodo de los Obispos sobre la Familia.

Santos Ángeles Custodios

Hoy, festividad de los Santos Ángeles Custodios, celebramos y agradecemos que Dios quiere estar y acampar con nosotros: «Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado». Ángeles con diversas caras que con cuerdas de cariño y amabilidad nos animan a un lugar maravilloso que Dios mismo nos prepara. «Respeta tu Ángel y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él». Danos lucidez para saber reconocer nuestros ángeles, para no poder dudar que estás con nosotros. «Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. Entonces mi ángel irá delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, los hititas, los perizitas, los cananeos, los jivitas y los jebuseos, y los exterminará» (Exodo 23,20-23).

Rogad al dueño que mande más braceros a su mies

El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: «La mies es abundante, pero los braceros pocos. Rogad pues al dueño de los sembrados que envíe más braceros a su mies. ¡Id! Mirad que os envío como ovejas entre lobos. No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Al entrar en una casa, digan primero: ‘¡Que descienda la paz sobre esta casa!’. Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes. Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.

Sin ruido de palabras

¿Qué tienes reservado para tu servidor? Te doy gracias de todo corazón por tu amor y verdad. Me inclino para recibir tu bendición, como un padre bendice a su hijo o un amigo a otro para darle fuerza e ilusión por el afecto que les une. La fuerza que nace del cariño, de una conexión aunque sea en la distancia. Una unión que da respuesta a nuestra llamada, que se hace presente y acompaña «sin ruido de palabras».

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo y daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad.

Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma.

Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande.

Salmo 138(137),1-2a.2bc-3.4-5.

De tout mon cœur, Seigneur, je te rends grâce : tu as entendu les paroles de ma bouche.

Contemplación perfecta

Y porque no penséis se saca poca ganancia de rezar vocalmente con perfección, os digo que es muy posible que estando rezando el Paternóster u otra oración vocal, os ponga el Señor en contemplación perfecta […] Entiende que, sin ruido de palabras, le está enseñando este Maestro divino […] Gozan sin entender cómo gozan. Está el alma abrasándose en amor y no entiende cómo ama. Conoce que goza de lo que ama y no sabe cómo lo goza. Bien entiende que no es gozo que alcanza el entendimiento al desearlo […] Es don del Señor, de ella (la oración) y del cielo, que, en fin, da como quien es. Esta, hijas, es contemplación perfecta (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 25, 1-2).

Miembros de la familia de Dios

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu (Efesios 2, 19-22).

Cambio de planes

Perdón, Señor, perdón. Porque me empeño en no cambiar mis planes. Porque al final los cambio, pero sin evitar violentar a otros y a mí mismo. Perdón, Señor.

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