2015 ¡Canto de acción de gracias!

ECLESALIA.- 30/12/15.- El final el año es un tiempo importante para la acción de gracias, para agradecer a Dios, nuestro Padre, por todo cuanto hemos recibido, ya que todo don procede de Él. La gratitud a Dios y a los hermanos es la nobleza más profunda del ser humano. Quien no es agradecido, es como si una parte de su existencia quedase muerta, sin vida. Por algo, la palabra “gracias”, es una de las primeras que se nos enseña en nuestra infancia. Del agradecimiento nace la alegría, el júbilo. Quienes son agradecidos, en general, son personas alegres, que viven gozosas; porque la persona agradecida vive desde la sencillez y reconoce los dones recibidos; y también reconocen los valores de los hermanos, de los cuales se alegra y los hace propios.

¡¡¡Feliz NAVIDAD!!!

En la antesala de un nacimiento, siento los nervios de una nueva experiencia. Sin saber qué hacer ni qué pensar. ¿Acaso estoy listo? ¿Sabré qué hacer cuando llegue el momento?

Un niño nace y acapara nuestra atención para que podamos dejar atrás angustias y problemas contemplando la sencillez e inocencia de un niño. Un niño que se hace en todo dependiente de nosotros.

Trae la alegría este chiquirritín, chiquirritirrín queridito del alma, entre rinrines y remiendos, yo me remendaba yo me remendé, en medio de una noche de paz, duerme el niño Jesús, entre requesón, manteca y vino que recogido el rebaño le trajimos unos simples pastores al son de campana sobre campana, viendo beber y beber y volviendo a beber a los peces en el río. ¡Dime niño! ¿De quién eres? Todo vestidito de blanco.

 

¡¡Feliz Navidad!!

Suficientemente bueno

Haciéndome consciente de que Dios me pide ser suficiente y no exageradamente bueno, evitando trabajar y ayudar a los demás anulando mis propias necesidades. Cayendo en la cuenta de que no puedo quedarme preocupado por no haber atendido exageradamente a los demás. Enséñame, mi Señor, a poner mis desaciertos en tus manos, concederme ser benévolo conmigo mismo y darte gracias por no ser perfecto, porque eso me hace estar mucho más cerca de Ti.

La alegría: actitud y decisión

La alegría es una actitud, una decisión, una invocación, casi un mandato a sentirnos acompañados por Dios, escuchando el sonido de nuestra alma, gustando de las cosas pequeñas. Esta semana, tercera de Adviento, se nos llama e invoca a estar alegres.

Adviento

Adviento, tiempo de gracia e ilusión, para disfrutar de las ganas y alegría para preparar un encuentro. Tiempo de esperanza y conversión para dejarnos hacer pescadores de hombres y mujeres que oigan hablar de Dios.

Principio y Fundamento

El fundamento de mi vida es descubrir que Dios cuida de mí. Que aunque no siempre lo vea, en medio de las dificultades se encuentra a mi lado sosteniéndome y trabajando por mí. El fundamento de mi vida es descubrir que aunque me empeñe en buscar sentido fuera de mi trabajo, se encuentra también en él, aunque piense que hay otros trabajos más volcados hacia los demás. El fundamento de mi vida es saber que Dios me acompaña en las situaciones difíciles que trae la vida, aceptar que tarde o temprano nos llegan y que es siempre posible sacar algo bueno de ellas. El fundamento de mi vida es saberme fragmento de la luz de Dios en el mundo, cuya radiación llega más allá de a quien veo o escucho, porque estamos todos interconectados. El fundamento de mi vida está formado por momentos puntuales en los que siento que mi corazón arde. Destellos de felicidad en los que personas, situaciones o momentos, hacen latir mi corazón con más fuerza.

Ser feliz … (Papa Francisco)

Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo. Sólo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia.

Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren. Me gustaría que recordaras que ser feliz, no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.

Ser feliz no es sólo valorar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos. No es apenas tener alegría con los aplausos, sino tener alegría en el anonimato.

Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones, y períodos de crisis.

En mi fragilidad entra Dios

Te ofrezco Señor mis angustias y miedos, tiempos en vela que no me acaban de dejar respirar ni vivir. En mi fragilidad es precisamente donde entras y acampas. Quédate, no te vayas. Tu amor y atención se hace más cercano y tierno cuando mi corazón se encoge y es vulnerable. Gracias por querer tornarme a ti. Eres tú quien lo haces.

Busco tu rostro, Señor

Deja por un momento tus ocupaciones habituales. Entra un instante en ti mismo. Apártate del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones que te agobian. Y aparta las inquietudes que te oprimen.

Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un instante en él. Entra en lo profundo de tu alma. Cierra la puerta de tu habitación y búscalo en silencio.

Di con todas tus fuerzas al Señor: “Busco tu rostro, Señor”, y ahora, Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo te encontraré ….

Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi Señor y nunca te he visto. He sido creado para verte, y todavía no he podido alcanzar el fin para el que fui creado …

Míranos, Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Calma nuestros deseos y seremos felices. Sin ti todo es hastío y tristeza. Ten piedad de nuestros esfuerzos para llegar a ti, ya que sin ti nada podemos.