Cristo no tiene otro cuerpo que el tuyo
Cristo no tiene otro cuerpo que el tuyo. Ni manos, ni pies en la tierra sino los tuyos.
Tuyos son los ojos con los que Él mira compasivo a este mundo.
Tuyos son los pies con los que camina a hacer el bien.
Tuyas son las manos con las que bendice a todo el mundo.
Tuyas son las manos. Tuyos los pies. Tuyos los ojos.
Tú eres su cuerpo. Cristo no tiene ahora en la tierra otro cuerpo que el tuyo.
(Atribuido a Santa Teresa de Ávila)