alzo el dedo

pidiendo cinco minutos de atención, que no quince, ni tampoco de gloria. Andy Warhol también era especial. Yo estoy callado hace años en este blog, no tengo mucho que decir, pero levanto ahora el dedo.
Acerca del pasaje de Mateo מתי cinco veintiocho, pero Yo os digo que todo el que mira con deseo a una mujer ya ha cometido adulterio en su corazón.
Nos queda la duda. ¿Y si no la miro a ella sino a él?  A ver, alzo el dedo para compartir cómo siento yo esto dentro de mi cráneo, en mi piel, en mis zapatos. ¿Qué siente un ave cuando volando nota el campo magnético terrestre? ¿Cómo podría yo tener la «murcielaguidad»? Sentir cómo vuelo ciego entre mosquitos y noto las paredes y la presencia de los mosquitos con mi radar sonoro.
¿Qué siente un pez eléctrico al notar corrientes eléctricas con esas rayas laterales que por lo visto tienen?
Voy a intentar, lector, que sientas como yo.
―Tú lo que quieres es blanquear la homosexualidad, el gaísmo como lo llamas tú.
―Lo llevamos en el Firmware de Homo sapiens, no se puede arrancar. No puedes pretender que una persona tenga un número parejo de orgasmos y de concepciones. Además somos muchos, muchos.
―Sé que sois muchos más de los que yo sospecho sí, bien mimetizados algunos,  pero el argumento estadístico no me sirve. También son muchos los homicidas y no se pueden blanquear de ninguna manera. A todo esto, ¿te gusto?
―¿Temes la respuesta? Perdona que te conteste con otra pregunta, que es de mala educación. Respuesta, sí.
―Después de un gol los jugadores se abrazan. Se llama camaradería. Te acepto eso pero no más.
―Venga vale.
Lo que siento yo, lector.
Cuando yo miro con alegría e interés a un hombre no lo miro con concupiscencia deseando masticármelo, deglutírmelo, poseérmelo, pornografiarlo.
No.
Doy gracias a Dios por haber creado algo así, tan hermoso y digno de ser mirado sin parar. Por haber creado también la atracción que hacia él yo siento. Lo sé, pocas veces mutua. Esa mirada no me parece adulterio. Le miro como ante un sagrario, él es una vasija hermoso barro de lo numinoso sagrado.
Hombre orando

Mi agradecimiento a Cathopic, gran página de Dimitri C. S.https://www.cathopic.com/es

Mi mejor página de imágenes, esta, la de Vernon Miller.
No quiero guarrear. Quiero abrazarlo cordial, quiero estar humildemente a su lado si me acepta y sin estorbar, darle lo mejor que me pida. Quiero lavarle los pies. Da gloria a Dios Trinidad con ser así y al ser mirado.
Otro detalle. Hay miradas que parecen la bombilla del escáner repasando lenta el documento, lo que venimos llamando en España cortar un traje. Miradas que cepillan. Hay otras miradas de párpados entornados para que no se note que están mirando, absorben como aspiradores. Estilo cámara de seguridad. Y luego están las descaradas y las más bonitas, las inocentes. Las hay que exigen una vuelta de cuello y otras no. Las hay frescas, las discretas que buscan un cristal o espejo para rebotarse o las que se apoyan con cámaras y así además atrapan.
Radio María España es una emisora que hemos convertido en hilo musical de casa. No se parece a ninguna otra radio del dial. A mi me parece magnífica, me gusta su alegría, su falta de suspicacias ibero-autonómicas, la profundidad de algunos contenidos. Los testimonios. Pulsando en la radio se os abre en nueva ventana la emisión de El grano de Mostaza, miércoles 19 de febrero pasado. Id al minuto veintitrés. Yo estoy de acuerdo con lo que dice.
Va ahora una cita de John Addington Symonds:

El que está poseído de este amor noble es decoroso y corteja a su amado a plena luz del día, y es feliz si su amor es correspondido. Hace deporte con su amado y va de caza con él. En el campo de batalla lucha a su lado, y si le matan muerte con él. No necesita la oscuridad de la noche ni los lugares escondidos para estar con él.

[El amor heroico] ama la belleza, el otro [el amor vulgar] es la locura por le placer. El uno se busca con entusiasmo, el otro es complusivo y enfermizo. El uno tiende al bien del amado, el otro a la ruina de ambos. El uno es virtuoso, el otro incontinente en todos sus actos.

John Addington Symonds,  A Problem in Greek Ethics (Un problema de ética griega), Londres, 1901.

Bonus track añadido
Por qué no veo porno
Hace decenios que no veo porno ni lo tolero a mi alrededor. Fue por causa de una frase leída en alguna columna de periódico, fugaz, ya no recuerdo dónde ni de quién. Pero venía a decir algo así como «…no nos gustamos viéndolo…» Disparador bendito fue aquello.
Ver porno es adictivo. Cuando alguien me hablaba de esto yo respondía, pero ¿te refieres a porno gay o al heteroporno? Y una buena amiga rojAteaFeministoSinDiós! ―voceando pronúnciese dientes apretados, sonrisa cruel ― me decía:
―…pero si es que todo el porno es para hombres, no lo hay para mujeres.
El problema de mirar porno sucede cuando te imaginas de lejos viéndote, o cuando te grabas desde lejos viéndolo, o cuando alguien te ve de lejos viéndolo. La cara de bobo que se te pone. Ahora casi preferiría yo antes ver cirugías de quirófano o documentales sobre el desarrollo de los gusanos de seda en lugar de ver eso.
Hombre mirando pantalla
O tortugas poniendo huevos en la playa de noche.
Además cualquiera que tenga la percepción y la humanidad un poco refinada se habrá dado cuenta de algo brutal y cierto. ¡La realidad silvestre es mucho más excitante! ¡Dónde va a parar, ya lo creo! Y más espontánea.
En cuanto apague este ordenador haré misterios de rosario por aquellos pobres muchachos, Brent Corrigan, Nacho Vidal y tantos otros ―esos pocos nombres conozco por la prensa. ¡Y tantas mujeres!― oración por su conversión, su paz, su salud. Que tengan una vejez arrugada sana y bendita. Que ya no sufran más cámaras que las de su cajero automático. Que sus billetes que salgan vengan de cosas más dignas.
Y otra cosa
Están instruyendo el sumario del Juicio Final. Me he enterado, me dieron el soplo.
Todos los humanos que alguna vez hemos vivido ascendemos a ciento siete mil millones.

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/02/120205_muertos_vivos_tierra_adz

Ciento siete mil millones de personas han vivido o viven ahora.
La media de vida es, digamos de treinta años.
Uns doscientas cincuenta mil horas por persona.
De modo que el número de horas de autoconsciencia, dolor, gozo, oración o sueño sin más ascienden a unos veintisiete billones, 27₂000.000₁000.000 de horas a ser juzgadas, sentenciadas. Y hablo sólo de Homo sapiens, claro. Echad vosotros la cuenta a ver si me he equivocado.
Madre mía, qué miedo.
Mis años son una gota.
Trinidad Santa, que mi tiempo escribiendo esto no haya sido desperdiciado. si a alguien le molesta que me lo diga y lo borro.

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