Acuérdate de Maria y llámala en tu ayuda

Cuando las tentaciones pongan en peligro tu salvación y la tristeza te quite las fuerzas y los deseos de seguir trabajando por conseguir la santidad, acuérdate de María y llámala en tu ayuda; llámala insistentemente como el niño aterrorizado pide ayuda a su madre y Ella, que es causa de nuestra alegría, correrá a ayudarte. Te desafío a que hagas la prueba. No te fallará ni una sola vez 

(San Bernardo)


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