Extracto 2

Extracto de la reflexión del Memorial Ecuménico Por Las Víctimas de Orlando (representante de la Seccion Espiritualidad de Cogam).

Nos reunimos para realizar un memorial por 49 personas que consideramos víctimas de un atentado.

Pero ¿son 49 víctimas o 50 las víctimas? Omar Seddique Mateen, el ejecutor de la acción en Orlando, ¿no ha sido una víctima? ¿No es merecedor acaso de nuestras plegarias y victima de aquello que lo llevo a realizar tal acción?

Nuestra orientación diversa e inclusiva (que por definición desestima el juicio de valor) nos debería llevar también a rezar por su descanso en paz.

Se dice que Omar era, o había tenido, relaciones homosexuales.

¿No es acaso el odio internalizado tan o peor que el odio que nos lleva a las acciones que afectan a otros?

Rápidamente se lo asocio a una religión determinada. ¿Diferente hubiese sido el acto si él hubiese sido cristiano, budista, hindú, taoísta,  hebreo o de cualquier otra espiritualidad no religiosa?

Es conocido que el lugar del hecho es frecuentado por personas LGTBQ y también Heterosexuales. También es frecuentado por una mayoría hispana y afroamericana. ¿No podríamos tomarlo como un acto xenófobo también? ¿Diríamos que no porque Omar era un estadounidense de origen afgano?

Preguntas que surgen desde otro punto de vista.

Homofobia internalizada y expresada cuando simplemente decimos o pensamos: “Los heterosexuales lo tienen más fácil”. Preguntarnos: ¿Si volveríamos a nacer, conociendo lo que conozco, sería lo que SOY nuevamente? ¿Sería LGTBQ? ¿Acepto mi diferencia, mi diversidad? ¿Soy inclusivo de fondo o de forma?

A hoy veo en nuestro colectivo que, a una semana de celebrar el orgullo, hay personas que desde dentro no lo valora ni lo acepta (aunque tampoco veo que trabajan para hacer otra realidad). Veo en el colectivo a personas que critican a él o la transexual o al “plumífero”, o al cuerpo del Oso, o al creyente, o al bisexual (¿cómo puede hacer una cosa así?), o a la lesbiana de formas masculinas, etc.

Veo a los creyentes LGTBQ que critican o desplazan a los creyentes de espiritualidades diferentes y, aun, dentro de sus propias confesiones en asociaciones, instituciones, grupos, etc.

Veo en el colectivo LGTBQ los juicios y prejuicios por el origen, cultura o raza de otro LGTBQ que está a su lado.

¿No ha sido acaso Omar una víctima de la homofobia internalizada, de la influencia de la espiritualidad religiosa sin mediar con su propia consciencia o de una posible xenofobia?

¿Podemos decir DE FONDO que en nosotros y nosotras no hay resquicio de esto mismo?

Las formas sin fondo nada cambian. Un acto realizado por nuestras manos sin la verdadera aceptación, sin juicios, de la diversidad y la verdadera inclusión (de todos nuestros aspectos  y de los aspectos de mi semejante SER HUMANO), simplemente nos encierra en la ilusión de estar caminando mientras tenemos las piernas atadas.

 


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