Gracias, mi Señor, por la comida de Reyes en casa con mi familia y con quien comparto mi casa. Gracias por la misa de la noche a la que acudí dejando a mi familia en casa. Gracias por la emotiva oración que preparó quien me ayuda en la formación de CRISMHOM tras darse de baja como socio. En ella escuché el silencio sin poder evitar la pena de que haya dejado la comunidad. Gracias por la cena y el poco de tiempo compartido con quien convivo. Gracias por la visita y acogida de un quebrantado amigo alemán que va buscando su sitio. Para que encuentre compañía, amigas y amigos con quien estar que den sabor a su vida. Gracias, Señor. Concede a tu humilde siervo sueño y descanso para que pueda seguir sirviéndote con alegría.