En Cuaresma nos afanamos con frecuencia en descubrir qué cosas debemos hacer o dejar de hacer, de qué cosas nos haría bien privarnos. En realidad, descubrir quién es Dios y en qué consiste la vida cristiana está mucho más relacionado con descubrir lo que Jesús de Nazaret hizo, quiere hacer y está deseando hacer por nosotros. Desde la comprensión vivencial e intelectual de la gratuidad de Dios, recibimos una llamada para hacer y dejar de hacer, para ayunar de lo que no nos hace felices, en agradecimiento por tanto bien recibido.