Monición introductoria:
Nos reunimos esta noche para celebrar nuestra oración comunitaria ecuménica. Tendremos como tema de reflexión la escena del joven rico. Es un buen momento para replantearnos el sentido de nuestra vida. Por esto, no solamente hemos de contentarnos con cumplir los mandamientos (que es importante), sino que además, debemos ser entusiastas de Jesús. Dar testimonio de su presencia y, también, preguntarnos sobre aquellas cosas en las cuales no somos fieles.
Canto: Dios está aquí.
Oración:
Como al joven rico, te has acercado, me has mirado a los ojos y me has dicho: “Anda, vende todo lo que tengas y sígueme”. En estos momentos mi deseo más profundo es decirte, como María, que se haga tu voluntad. En estos momentos todos los miedos han desaparecido veo claro que mi opción eres tú. Señor, mi primera respuesta es marchar hacia el ideal. Pero sé que de ahí a la realidad hay un trecho. Ayúdame a caminar sin mirar atrás. Yo sé, Señor, que mi fuerza eres tú. Que contigo de compañero en el camino todo es posible. Hasta el camino se hace más fácil y llevadero. Padre, acoge mi vida, transfórmala según tu proyecto, según tu voluntad. Quiero ser como arcilla en tus manos. Moldéame, como barro en manos del alfarero. Haz de mí, Señor, una persona entregada, generosa, amigable; una persona alegre, que transmita alegría; una persona disponible, sincera, abierta. Señor, pongo mi corazón en tus manos, porque sé que sólo así mi propósito por cambiar de vida tendrá éxito.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (19,16-22).
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: «Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los mandamientos». «¿Cuáles?», preguntó el hombre. Jesús le respondió: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo». El joven dijo: «Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?». «Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme». Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
Canto: Pescador de hombres.
Mensaje del Papa Benedicto XVI a los jóvenes con ocasión de la XXV jornada mundial de la juventud 2010.
El joven rico le pregunta a Jesús: «¿Qué tengo que hacer?». La etapa de la vida en la que estáis es un tiempo de descubrimiento: de los dones que Dios os ha dado y de vuestras propias responsabilidades. También es tiempo de opciones fundamentales para construir vuestro proyecto de vida. Por tanto, es el momento de interrogaros sobre el sentido auténtico de la existencia y de preguntaros: «¿Estoy satisfecho de mi vida? ¿Me falta algo?». Como el joven del Evangelio, quizá también vosotros vivís situaciones de inestabilidad, de confusión o de sufrimiento, que os llevan a desear una vida que no sea mediocre y a preguntaros: ¿Qué es una vida plena? ¿Qué tengo que hacer? ¿Cuál puede ser mi proyecto de vida? «¿Qué he de hacer para que mi vida tenga pleno valor y pleno sentido?». ¡No tengáis miedo a enfrentaros con estas preguntas! Ya que más que causar angustia, expresan las grandes aspiraciones que hay en vuestro corazón. Por eso hay que escucharlas. Esperan respuestas que no sean superficiales, sino capaces de satisfacer vuestras auténticas esperanzas de vida y de felicidad. Para descubrir el proyecto de vida que realmente os puede hacer felices, poneos a la escucha de Dios, que tiene un designio de amor para cada uno de vosotros. Decidle con confianza: «Señor, ¿cuál es tu designio de Creador y de Padre sobre mi vida? ¿Cuál es tu voluntad? Yo deseo cumplirla». Tened la seguridad de que os responderá. ¡No tengáis miedo de su respuesta! «Dios es mayor que nuestra conciencia y lo sabe todo» (1Jn 3,20).
Canto: Pongo mi vida en tus manos.
Silencio orante.
Breve espacio para compartir (Reflexiones, peticiones y acción de gracias).
PADRENUESTRO.
ORACIÓN COMUNITARIA.
Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTBI+H, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por CRISMHOM, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro de nuestra comunidad LGTBI+H de Madrid. AMÉN.
Bendición: El Señor nos bendiga y nos guarde; nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros. Vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanos y hermanas.