La historia de Dios con su pueblo es eso. Una simple historia de amor. Es la historia de quienes se aman, se buscan, se encuentran, se enfadan, se perdonan, se separan y se añoran, se reencuentran otra vez y, vuelven a empezar de nuevo.
Todos vivimos esto con nuestros amores, todos vivimos esto con nuestro amor en Dios.
Todos caminamos, todos tropezamos, todos nos equivocamos, pero todos llegaremos.
Hoy os propongo una leve oración que quiere ser un repaso y una llamada a Dios y a sus amigos.
Recitamos.
Kyrie eleison
Christe eleison
Kyrie eleison
lª lectura Isaías 64, 1-12; 65, 1-2
Ojalá rasgaras el cielo y bajaras haciendo temblar con tu presencia las montañas, como cuando el fuego quema las zarzas o hace hervir el agua. Entonces tus enemigos conocerían tu nombre y las naciones temblarían ante ti.
Cuando hiciste cosas terribles que no esperábamos. Cuando bajaste, las montañas temblaron ante ti. Jamás se ha escuchado ni se ha visto que haya otro dios fuera de ti que haga tales cosas en favor de los que en Él confían.
Tú aceptas a quien hace el bien con alegría y se acuerda de hacer lo que tú quieres;
Pero estás enojado porque hemos pecado; porque desde hace mucho te hemos ofendido.
Todos nosotros somos impuros; todas nuestras obras son como un trapo sucio; todos hemos caído como hojas marchitas, y nuestros crímenes nos arrastran como el viento.
No hay nadie que te invoque ni se esfuerce, ni se apoye en ti;
Por eso te ocultaste de nosotros, nos has abandonado a causa de nuestra maldad.
Sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre;
Nosotros somos el barro, tú nuestro alfarero;
¡Todos fuimos hechos por ti!
Señor no te enfades demasiado, ni te acuerdes siempre de nuestros crímenes.
¿Mira que somos tu pueblo!
Tus santas ciudades están convertidas en desiertos;
Jerusalén está en ruinas, destruida. Nuestro santuario glorioso, donde nuestros padres te alababan , quedó destruido por el fuego.
Todo lo que más queríamos está en ruinas!
Y ante todo esto, Señor, ¿no vas a hacer nada?
¿Te quedarás callado y dejarás que nos humillen hasta el extremo?
El Señor dice:
“Los que no me habían pedido nada fueron los que acudieron a mí;
Los que no me habían buscado fueron los que me encontraron.
A un pueblo que no me había invocado fue al que le dije “Aquí estoy.”
Momento de reconciliación
El profeta Isaías, pone de manifiesto lo que es nuestra realidad cotidiana de seres humanos, que habiendo recibido de Dios tanto amor, hemos respondido a medias, según nuestra conveniencia en cada momento, queriendo hacer de esa historia de amor entre Él y nosotros, una historia “comercial”, basada en nuestros propios intereses y apetencias, dejando de lado su llamada constante a una relación de amistad con Él y de caridad fraterna con los semejantes.
En estos momentos, vamos a recogernos personalmente y a releer e interiorizar el texto del profeta, viendo cada uno dentro de sí, en qué no está respondiendo a esa llamada de Dios.
Os invitamos a una reconciliación personal con Dios, consigo mismo y los hermanos, Quien lo desee, puede hablar con los sacerdotes que han venido a acompañarnos.
Breve silencio (par de minutos)
Canto. Renuévame Señor Jesús
Renuévame Señor Jesús
Ya no quiero ser igual
Renuévame Señor Jesús
Pon en mi tu corazón
Porque todo lo que hay dentro de mi
Necesita ser cambiado Señor
Porque todo lo que hay dentro de mi corazón
Necesita más de ti
Renuévame Señor Jesús
Ya no quiero ser igual
Renuévame Señor Jesús
Pon en mi tu corazón
Porque todo lo que hay dentro de mi…
Un ángel anuncia el nacimiento de Jesús
A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una virgen llamada María, que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David.
El ángel entró donde ella estaba y le dijo:
-¡Te saludo favorecida de Dios!
El Señor está contigo.
Cuando vio al Ángel, se sorprendió de sus palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:
-María, no tengas miedo, pues gozas del favor de Dios.
Ahora vas a quedar encinta:tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús.
Será un gran hombre, al que llamaran Hijo del Dios Altísimo:
y Dios el Señor, lo hará rey, como a su antepasado David, para que reine por siempre en la nación de Israel, su reino no tendrá fin.
María preguntó al ángel:
¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó:
-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios Altísimo descansará sobre ti como una nube.
Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios.
Para la reflexión…
El texto que hemos escuchado constata la respuesta que Dios da a nuestra súplica, ha prometido atender a nuestras necesidades y así lo hace, cumpliendo esa promesa nos envía un salvador, que nacerá de María.
En este clima de oración de reconciliación, ahora con gozo damos gracias a Dios que nos perdona, sana y restablece nuestras relaciones con Él, con nosotros mismos y con los hermanos.
Silencio
Salmo de gratitud (Cantado o recitado)
EL SEÑOR ES MI PASTOR NADA ME FALTA
EL SEÑOR ES MI PASTOR. (bis)
1. En praderas reposa mi alma,
en su agua descansa mi sed.
El me guía por senderos justos
por amor, por amor de su nombre.
2. Aunque pase por valles oscuros
ningún mal, ningún mal temeré
porque sé que el Señor va conmigo
su cayado sostiene mi fe.
3. Tú preparas por mi una mesa
frente a aquellos que buscan mi mal
Con aceite me ungiste, Señor
y mi copa rebosa de ti.
Breve espacio para compartir
Oración comunitaria
Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre, por toda la comunidad LGTB, por aquellas personas que no se aceptan a si mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género, y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno mas cercano. También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amen.
Padre nuestro
Bendición comunitaria
El Señor nos bendiga y nos guarde, no muestre su Rostro y tenga misericordia de nosotros, vuelva su Rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanas y hermanos. Amén.
Quereos mucho, no descuidéis la oración, estad atentos unos de otros