2017-10-26 ¿Orar para qué? Llegar a ser quien Dios ha soñado que seas.

ORACIÓN INICIAL
Nos congregamos en oración ante el Señor como miembros y simpatizantes de CRISMHOM, comunidad cristiana de diversidad sexual y de carácter ecuménico, desde la que queremos vivir nuestra fe en unión con nuestra orientación afectiva; ambas son parte esencial de nuestra vida porque con ellas materializamos el amor, cualidad humana recibida de Dios.
 
Amamos a Dios sobre todas las cosas y queremos seguir el modelo de vida que Jesucristo nos dejó en el evangelio, con el convencimiento de que Dios nos ama y que jamás negaría una cualidad humana creada por Él, sino que nos ha regalado las diferentes orientaciones afectivas, porque son muchos y muy diversos los caminos de la salvación.
 
Desde CRISMHOM nos unimos y apoyamos en nuestros objetivos de integrar fe, orientación afectiva e identidad de género en todas las facetas de la vida, de aceptarnos y ser aceptados, de superar la incomprensión de las iglesias y de tantos cristianos que nos rechazan por nuestra condición sexual y, de colectivos LGTB que nos rechazan por ser cristianos.
 
 
INTRODUCCIÓN
Dios sueña. Nuestro buen Dios, cuyo rostro hemos conocido en la persona de Jesús de Nazareth, sueña. Esto lo sabemos porque podemos contemplar, en Jesús, al soñador apasionado por el Reino de Dios, y Jesús mismo nos dice: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14, 8-9). Así que nuestro Padre Dios sueña con pasión. Y tú eres parte del sueño de Dios. Dios te ha soñado y has sido llamado a la vida para llegar a ser quien Él sueña que seas. 
 
Por eso, orar es entrar en su presencia, para estar con Él y en Él.
 
Oramos tomando conciencia de que habitamos en su amor soñador que nos hace vibrar y nos contagia para que soñemos también como sueña Jesús.
 
Oramos, porque Jesús confía en nosotros y nos invita a ser parte de su anhelo de amor y justicia.
 
Oramos para estar con Jesús y sintonizar con su corazón soñador.
 
Oramos para indignarnos con lo que a Jesús le indigna cuando exclama «Ay de vosotros…» contra quienes practican, en nombre de Dios, la hipocresía y el abuso (Mt 23, 14-36).
 
Oramos para actuar con valentía tal y como actúa Jesús cuando se enfrenta en el templo a quienes buscan sólo su propio beneficio a costa de lucrarse con la fe de los demás (Jn 2, 13-22).
 
Oramos para amar; con ese amor apasionado que siente Jesús hacia Dios. Ese amor que le hace soñar que sea Dios quien reine en la vida, aun por encima de sus gustos y deseos personales. Ese amor por el que puede exclamar primero «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú.» (Mt 26,39) 
 
El amor apasionado de Jesús le hace anhelar que Dios reine, lo mismo cuando hay serenidad y certezas que cuando hay dolor y confusión. Que Dios reine y sus deseos se cumplan en la historia, en todos y cada uno de los momentos más significativos de la vida humana… Desde el nacimiento hasta lo más misterioso de la muerte.
 
Oramos para amar, con el amor apasionado de Jesús, a las personas, a toda la creación. En los gestos de Jesús descubrimos los gestos del Dios apasionado por la vida, por la libertad, por la justicia, por la fraternidad y por el amor hasta el límite.
 
Jesús ama y pasa la vida haciendo el bien. Devuelve la vida a Lázaro (Jn 11, 1-44), al hijo de la viuda de Naím (Lc 7, 12ss); se desvive sirviendo y curando (Mc 6, 31ss), incluye en su vida a los marginados y rechazados (Lc 7, 36-40; 10,29-37; 15, 2) y consuela y anima sin cesar diciendo «no tengáis miedo» (Mt 10, 26).
 
Por eso también en Jesús tenemos el modelo para seguir en la vida: El modo de ser y relacionarse consigo mismo en libertad, de relacionarse con Dios en la plena confianza, de relacionarse con los demás en el amor fraterno y en la amistad generosa y el modo de relacionarse con la creación en la responsabilidad y la solidaridad.
 
TIEMPO DE SILENCIO 
 
EVANGELIO
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”. Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los profetas”.
 
TIEMPO DE SILENCIO
 
 
Y yo…. 
¿Cómo rezo?
¿Cómo amo/me relaciono con los demás?, mis compañeros de trabajo, mis amigos, mi familia, mi pareja….
 
¿Qué debo cambiar…?
 
 
BREVE ESPACIO PARA COMPARTIR
(Reflexiones, peticiones y acción de gracia)
 
PADRE NUESTRO
 
ORACION COMUNITARIA.  Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a si mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amén.
 
BENDICIÓN.  Que el Señor nos bendiga y nos proteja. Que el Señor nos muestre su rostro, tenga misericordia de nosotros y nos conceda la paz. Así invocaremos el nombre del Señor y El nos bendecirá. 
 

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