2017-08-31 ¿Quién decís que SOY YO?

MONICIÓN (J.A. Pagola)

 
También hoy nos dirige Jesús a los cristianos la misma pregunta que hizo un día a sus discípulos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». No nos pregunta solo para que nos pronunciemos sobre su identidad misteriosa, sino también para que revisemos nuestra relación con él. ¿Qué le podemos responder desde nuestras comunidades?
 
¿Nos esforzamos por conocer cada vez mejor a Jesús o lo tenemos «encerrado en nuestros viejos esquemas aburridos» de siempre? ¿Somos comunidades vivas, interesadas en poner a Jesús en el centro de nuestra vida y de nuestras actividades o vivimos estancados en la rutina y la mediocridad?
 
¿Amamos a Jesús con pasión o se ha convertido para nosotros en un personaje gastado al que seguimos invocando mientras en nuestro corazón va creciendo la indiferencia y el olvido? Quienes se acercan a nuestras comunidades, ¿pueden sentir la fuerza y el atractivo que tiene para nosotros?
 
¿Nos sentimos discípulos de Jesús? ¿Estamos aprendiendo a vivir con su estilo de vida en medio de la sociedad actual o nos dejamos arrastrar por cualquier reclamo más apetecible para nuestros intereses? ¿Nos da igual vivir de cualquier manera o hemos hecho de nuestra comunidad una escuela para aprender a vivir como Jesús?
 
¿Estamos aprendiendo a mirar la vida como la miraba él? ¿Miramos desde nuestras comunidades a los necesitados y excluidos con compasión y responsabilidad o nos encerramos en nuestras celebraciones, indiferentes al sufrimiento de los más desvalidos y olvidados: los que fueron siempre los predilectos de Jesús?
 
¿Seguimos a Jesús colaborando con él en el proyecto humanizador del Padre o seguimos pensando que lo más importante del cristianismo es preocuparnos de nuestra salvación? ¿Estamos convencidos de que el modo mejor de seguir a Jesús es vivir cada día haciendo la vida más humana y más dichosa para todos?
 
¿Vivimos el domingo cristiano celebrando la resurrección de Cristo? ¿Creemos en Jesús resucitado, que camina con nosotros lleno de vida? ¿Vivimos acogiendo en nuestras comunidades la paz que nos dejó en herencia a sus seguidores? ¿Creemos que Jesús nos ama con un amor que nunca acabará? ¿Creemos en su fuerza resucitadora? ¿Sabemos ser testigos del misterio de esperanza que llevamos dentro de nosotros?
 
Mi alma canta de gozo
 
1. Abro mi ser y alzo mis manos                            
y mi voz hacia ti.                                                        
Quiero rendirme,                                                        
entregarme a tu voluntad.
 
Mi corazón se abre a la voz                                       
de tu Espíritu de amor.                                           
–> Mi alma canta de gozo (3)                                   
en ti, Señor.                                               
 
2. Calma la sed de tu Palabra 
que hay en mí, oh, Jesús.
No me abandones ni me dejes
pues confío en ti.
 
3. Dame la luz de tu mirada,
mírame, oh Jesús,
cambia mi vida con tu fuerza
y yo te alabaré.
 
SALMO 62
 
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. 
 
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
 
Toda mi vida te bendeciré 
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia 
y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
 
En el lecho me acuerdo de ti 
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
 
Pero los que buscan mi perdición
bajarán a lo profundo de la tierra;
serán entregados a la espada,
y echados como pasto a las raposas. 
          
Y el rey se alegrará con Dios,
se felicitarán los que juran por su nombre,
cuando tapen la boca a los traidores.
 
…GLORIA AL PADRE…
 
EVANGELIO (Mt 16, 13-20)
 
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
– ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?
Contestaron ellos:
– Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
Él les preguntó:
– Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
– Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió:
– ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! Porque eso no ha salido de ti, te lo ha revelado mi Padre del cielo.  Ahora te digo yo: Tú eres Piedra, y sobre esa roca voy a edificar mi comunidad y el poder de la muerte no la derrotará. Te daré las llaves del reino de Dios; así, lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.
 
CON VOSOTROS ESTÁ
 
Con vosotros está
y no le conocéis.
Con vosotros está,
su nombre es el Señor. (2).
 
1. Su nombre es el Señor y pasa hambre
y clama por la boca del hambriento,
y muchos que lo ven pasan de largo
acaso por llegar temprano al templo.
 
Su nombre es el Señor y sed soporta
y está en quien de justicia va sediento,
y muchos que lo ven pasan de largo
a veces ocupados en sus rezos.
 
2. Su nombre es el Señor y está desnudo
la ausencia del amor hiela sus huesos,
y muchos que lo ven pasan de largo,
seguros y al calor de su dinero.
 
Su nombre es el Señor y enfermo vive
y su agonía es la del enfermo,
y muchos que lo saben no hacen caso;
tal vez no frecuentaban mucho el templo.
 
3. Su nombre es el Señor y está en la cárcel
y está en la soledad de cada preso,
y nadie lo visita y hasta dicen:
“Tal vez ese no era de los nuestros”.
 
Su nombre es el Señor el que sed tiene;
quien pide por la boca del hambriento;
está preso, está enfermo, está desnudo,
pero Él nos va a juzgar por todo eso.
 
 
SALMODIA: “Desorientados y sin ánimo” (F. Ulibarri)
 
Ant. ¡Recréanos mientras vamos contigo
y ponnos en el camino
para sentir tu aliento y no perdernos! 
 
Hay días en los que, 
con claridad y emoción,
reconocemos y confesamos
quién eres… ¡y acertamos!
 
Pero en el día a día
se nos nubla el horizonte,
surgen los traspiés y vaivenes,
se desmoronan las ilusiones
y se nos hace costoso seguirte.
 
Y cuando nos susurras una y mil veces
que para caminar contigo
hay que negarse a sí mismo,
nos atascamos,
porque nos hicieron creer
que eso conlleva mortificarse,
castigarse,
anularse,
destruirse,
en vez de olvidarse y liberarse
del propio ego que nos oprime
para encontrar 
nuestra verdadera identidad
contigo.
 
Y cuando nos repites,
en el camino y en el descanso,
que hay que cargar con la cruz,
nos revolvemos y miramos a otra parte,
porque estamos hartos
de los sufrimientos, adversidades y fracasos
que nos inflige la naturaleza,
la vida, los hermanos y nosotros mismos…
de tal forma que cuando llegan las cruces
que surgen por seguirte
estamos ya desorientados y sin ánimo.
 
GLORIA AL PADRE…
 
Ant. ¡Recréanos mientras vamos contigo
y ponnos en el camino
para sentir tu aliento y no perdernos!
 
MOMENTO DE REFLEXIÓN PERSONAL
 
ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIONES
 
PADRENUESTRO
 
ORACIÓN COMUNITARIA.  Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano.  También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino  y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amén.
BENDICIÓN
Amado Dios de infinita bondad: 
mañana empieza un nuevo mes que, 
sin duda, vendrá lleno de alegrías, 
tal vez de pruebas, momentos de regocijo, 
y momentos de crecimiento.
 
Lo importante es que,
si Tú estás a mi lado, 
cada día de este nuevo mes 
será un gran día, 
pues donde Tú estás, amado Señor, 
nunca hace falta nada.
 
Señor, pongo en tus manos 
este nuevo mes de septiembre. 
Tú mejor que nadie conoces mis ilusiones, mis anhelos y también mis problemas.
Tú conoces lo que es mejor para mi vida 
y por eso confío en ti 
y acepto cada uno de tus planes.
 
Por favor, guíame por senderos 
de bendición y prosperidad,
y que cada día se haga 
tu maravillosa voluntad.
 
Y si en algún día de este nuevo mes 
las cosas no salieran como yo espero, 
dame la fuerza y la sabiduría para aceptar que siempre habrá un nuevo día, 
lleno de ilusión y esperanza; 
y haz que el sol de cada amanecer 
despeje las dudas y los miedos:
conviértete en mi espada,
mi refugio, mi roca segura.
 
Te pido, Señor, que bendigas y seas Tú quien se manifieste en cada una 
de las tareas de mi cotidianidad. 
Ilumíname con tu luz y tu sabiduría, 
dame valor para superar 
los retos de cada día, conciencia para vivir 
bajo tus mandatos y enseñanzas, 
amor para avanzar feliz por mi vida; 
y recuérdame cada día que soy tu hijo 
para así poder alcanzar en tu nombre 
mis más grandes anhelos y metas.
 
Te pido también, mi Señor,
que en este nuevo mes 
entres a mi hogar y lo bendigas. 
Protege, por favor, 
a mi familia y a las personas que amo, 
bendice los alimentos de nuestra mesa, ayúdanos a vivir llenos de amor, 
paz y comprensión
y líbranos siempre de todo mal.
 
Es en Ti, Señor, donde está mi vida 
y mis más grandes anhelos. 
Que en este nuevo mes todo se haga 
bajo tu maravillosa voluntad 
y tu tiempo perfecto.
Permítenos tener días llenos de dicha, 
paz y tranquilidad.
Amén.
 
Tú eres el Dios que nos salva
 
1.Tú eres el Dios que nos salva,
la luz que nos ilumina,
la mano que nos sostiene
y el techo que nos cobija.
 
TE DAMOS GRACIAS SEÑOR
TE DAMOS GRACIAS SEÑOR. (BIS)
 
2.Te damos gracias Señor
porque has depuesto la ira
y has detenido ante el pueblo,
la mano que lo castiga.
 
3.Y sacaremos con gozo
del manantial de la vida,
las aguas que dan al hombre
la fuerza que resucita.
 
4.Entonces proclamaremos
cantadle con alegría,
el nombre de Dios es agradable
su caridad infinita.
 
5.Que alabe al Señor la tierra.
Cantadle sus maravillas;
qué grande en medio del pueblo
el Dios que nos justifica.

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