2017-08-24 Cristo se nos presenta a tod@s y nos invita a la evangelización de la comunidad LGTB

DESDE NUESTRA DIVERSIDAD DE CREENCIAS, GENERO Y ORIENTACIÓN
SEXUAL, CRISTO SE NOS PRESENTA A TOD@S Y NOS INVITA A LA
EVANGELIZACIÓN DE LA COMUNIDAD LGTB
 
Cristo se nos revela a todos sin excepción. Al igual que a la mujer samaritana en el pozo de Jacob, nos ofrece el agua de vida, y nosotros como la mujer samaritana nos sentimos llamados a trasmitir este mensaje de salvación a los demás.
 
ENTRADA
Hermanos y hermanas, hoy nos hemos reunido para celebrar unidos nuestra espiritualidad y podernos en sintonía entre nosotros y con Dios.
Voy a compartir con vosotros como Cristo se acerca a nosotros y nos interpela.
El texto del evangelio que he elegido es el encuentro de la samaritana con Jesús.
Somos miembros o simpatizantes de Crismhom, pero Cristo nos llama aquí y en nuestra vida diaria, allí donde estemos, hayamos tenido cinco maridos, seamos como seamos. Pidamos al Espíritu que nos guíe y que pueda fluir ese agua de vida que Jesús nos ofrece.
 
CANTO: ALABARÉ A MI SEÑOR
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Juan vio el número de los redimidos
Y todos alababan al Señor;
Unos cantaban, otros oraban,
y todos alababan al Señor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Somos tus hijos, Dios Padre Eterno,
Tú nos has creado por amor;
Te adoramos, te bendecimos
y todos cantamos en tu honor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Todos unidos, siempre cantaremos
glorias y alabanzas al Señor:
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
y gloria al Espiritu de amor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor.
Alabaré, alabaré, Alabaré, alabaré, Alabaré a mi Señor
 
SALMO 63 (Versión)
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
¡Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo: mi garganta está sedienta de ti,
mi carne desfallece por ti como tierra seca, reseca sin agua!
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
Que así te contemple en el santuario viendo tu poder y tu gloria.
Porque tu amor vale más que la vida, te alabarán mis labios.
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
Que así te bendiga mientras viva, alzando las manos en tu Nombre.
Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mi boca te alabará con labios jubilosos.
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
Si en mi lecho me acuerdo de ti, en mis vigilias medito en ti,
porque tú has sido mi ayuda, y a la sombra de tus alas salto de gozo.
Mi vida está unida a ti y tu mano me sostiene.
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
Pero los que intentan quitarme la vida vayan a lo profundo de la tierra;
sean pasados a filo de espada, sirvan de pasto a los chacales.
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
Pero el rey se alegrará en Dios, el que jura por él se felicitará,
cuando tapen la boca a los mentirosos. 
Antífona: Señor, se mi manantial de agua de vida (todos)
 
ORACIÓN
Señor Jesús, maestro de vida y esperanza,
dame a beber del agua viva que brota de tu fuente,
y quita para siempre la sed de quien la bebe.
Quiero beberla cada día, como tú me la ofreces,
para calmar la sed de eternidad que mi alma siente.
Dame, Señor Jesús, del agua viva que brota de tu fuente.
Llena mi corazón con su frescura.
Quiero darle a mi vida una nueva esperanza,
olvidar mis caprichos y mis metas,
y caminar contigo, allá donde tú quieras que yo vaya.
Dame, Señor Jesús, del agua viva que brota de tu fuente.
Llena mi corazón con su frescura.
Quiero sanar mi vida de todas las heridas
que aún duelen,
y entregártela a ti sin condiciones,
sin miedo ni tristeza.
Señor Jesús,
Maestro de vida y esperanza,
dame a beber del agua viva que brota de tu fuente
hasta la Vida eterna.
Que renueve mi ser.
Que sacie mis anhelos.
Que me llene de paz y de esperanza.
De fe, de amor, de entrega humilde y generosa.
Hasta que llegue el día del encuentro contigo
que ya espero.
Amén.
 
CANTO: Pescador de Hombres (Tú Has Venido a La Orilla)
Tú has venido a la orilla
No has buscado ni a sabios, ni a ricos
Tan solo quieres que yo te siga
 
Señor, me has mirado a los ojos
Sonriendo, has dicho mi nombre
En la arena, he dejado mi barca
Junto a ti, buscaré otro mar
 
Tú sabes bien lo que tengo
En mi barca no hay oro, ni espadas
Tan solo redes y mi trabajo
 
Señor, me has mirado a los ojos
Sonriendo, has dicho mi nombre
En la arena, he dejado mi barca
Junto a ti, buscaré otro mar
 
Tú necesitas mis manos
Mi cansancio que a otros descanse 
Amor que quiera seguir amando
 
Evangelio según San Juan (4,5-30/40-42):
Llegó a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob dio a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, se sentó tranquilamente junto al pozo. Era mediodía. Una mujer de Samaría llegó a sacar agua.
Jesús le dice: -Dame de beber. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. 
Le responde la samaritana: -¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy sa-maritana? Los judíos no se tratan con los samaritanos. 
Jesús le contestó: -Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva. 
Le dice [la mujer]: -Señor, no tienes con qué sacar el agua y el pozo es profundo, ¿dónde vas a conseguir agua viva? ¿Eres, acaso, más poderoso que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebían él, sus hijos y sus rebaños?
Le contestó Jesús: -El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; quien beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, porque el agua que le daré se convertirá dentro de él en manantial que brota dando vida eterna. 
Le dice la mujer: -Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed y no tenga que venir acá a sacarla. 
Le dice: -Ve, llama a tu marido y vuelve acá. 
Le contestó la mujer: -No tengo marido. Le dice Jesús: -Tienes razón al decir que no tienes marido; porque has tenido cinco hombres, y el que tienes ahora tampoco es tu marido. En eso has dicho la verdad. 
Le dice la mujer: -Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres daban culto en este monte; vosotros en cambio decís que es en Jerusalén donde hay que dar culto.
Le dice Jesús: -Créeme, mujer, llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén se dará culto al Padre. Vosotros dais culto a lo que desconocéis, nosotros damos culto a lo que conocemos; porque la salvación procede de los judíos. Pero llega la hora, ya ha llegado, en que los que dan culto auténtico adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque esos son los adoradores que busca el Padre. Dios es Espíritu y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad. 
Le dice la mujer: -Sé que vendrá el Mesías -es decir, Cristo-. Cuando él venga, nos lo explicará todo. 
Jesús le dice: -Yo soy, el que habla contigo. 
En esto llegaron sus discípulos y se maravillaron de verlo hablar con una mujer. Pero ninguno le preguntó qué buscaba o por qué hablaba con ella. La mujer dejó el cántaro, se fue al pueblo y dijo a los vecinos: -Venid a ver un hombre que me ha contado todo lo que yo hice: ¿no será el Mesías?  Ellos salieron del pueblo y acudieron a él. 
Los samaritanos acudieron a él y le rogaban que se quedara con ellos. Se quedó allí dos días, y muchos más creyeron en él, a causa de su palabra; y le decían a la mujer: -Ya no creemos por lo que nos has contado, porque nosotros mismos lo hemos escuchado y sabemos que éste es realmente el salvador del mundo.
 
REFLEXIÓN
Nosotros como colectivo LGTB, al igual que los samaritanos estamos excluidos del culto ofi-cial, sufrimos la discriminación en el mundo y en la Iglesia. Ellos tenían el pozo de Jacob, y el monte Sicar como lugares sagrado. No podían acudir al templo de Jerusalén. También nosotros nos podríamos sentir expulsados de las iglesias oficiales, pero es Cristo mismo, Jesús, quien amorosamente, se nos presenta, y nos revela abiertamente quien es. Nos incluye entre los suyos.
Cristo sale a nuestro encuentro, nos interpela, a todos sin excepción. Él es el manantial de agua eterna, y si creemos nosotros mismos seremos un fiel reflejo suyo.
Pese a ser diferentes. Porque amemos a quien amemos, Dios nos ama, incondicionalmente, con nuestras luces y nuestras sombras. Se nos revela en toda su plenitud. Al aceptarlo, surge también en nosotros un manantial de vida, que al igual que la samaritana necesitamos compartir.
 
Silencio
 
ECOS DE ESTA ORACIÓN O DE ORACIONES ANTERIORES
 
ACCIÓN DE GRACIAS Y PETICIONES.
 
PADRE NUESTRO
 
REFLEXIÓN
Padre nuestro, haz que pongamos los medios para crear tu reino en la tierra, haz que tu voluntad sea la nuestra, sepáranos de nuestros egoísmos y nuestros deseos personales. Haznos como tú, lentos a la cólera y prestos al perdón. Haz que la desilusión, la muerte y el pecado no tengan poder sobre nosotros y concédenos un ánimo abierto para que podamos reflejar tu luz.
 
ORACIÓN COMUNITARIA
Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amén.
 
BENDICIÓN
Que el Señor nos bendiga y nos proteja. Que el Señor nos muestre su rostro, tenga miseri-cordia de nosotros y nos conceda la paz. Así invocaremos el nombre del Señor y Él nos ben-decirá.
 
Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con vosotros. (Galatas 6, 18)
 

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