2014-02-06 Envío de los Apóstoles. La acción de Dios en el mundo.

Introducción:
Nos hemos reunido en este jueves en torno a la presencia de Jesús resucitado, su Espíritu nos une como hermanos, y su vida nos sirve para aprender el camino, la verdadera vida. Repasamos su palabra y sus acciones porque queremos aprender de Él, y gracias a Él, conocer al Padre. Dios nos ama. Lo sabemos. ¿Nos lo creemos? ¿Dejamos que su amor entre a raudales en nuestra vida? ¿Estamos atentos a su acción en nuestra vida, sus caricias, sus abrazos? Cantemos al amor de Dios por su criatura, por el Hombre, y dispongámonos a escuchar lo que el Espíritu nos susurre al corazón…
 
Al amor más sincero
Al amor más sincero, 
Al Amor sin fronteras,
 Al Amor que dio su vida por amor 
Encontré un día cualquiera…
…y a ese Amor tan sincero, 
A ese Amor sin fronteras, 
A ese Amor que dio su vida por amor 
Le entregué mi vida entera.
 
Rezamos juntos:
Is 49
Exulta, cielo;
alégrate, tierra;
rompen en aclamaciones, montañas,
porque el Señor consuela a su pueblo
y se compadece de los desamparados. 
Decía Sión: 
Me ha abandonado el Señor, 
mi dueño me ha olvidado.
¿Puede una madre 
olvidarse de su criatura,
dejar de querer
al hijo de sus entrañas?
Pues, aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré.
Mira, 
en mis palmas te llevo tatuada,
tus muros están siempre ante mí; 
los que te construyen van más * aprisa
que los que te destruían,
los que te arrasaban
se alejan de ti.
Levanta los ojos a tu alrededor y mira:
todos se reúnen para venir a ti;
por mi vida –oráculo del Señor–,
a todos los llevarás
como vestido precioso,
serán tu cinturón de novia.
Porque tus ruinas,
tus escombros,
tu país desolado,
resultarán estrechos
para tus habitantes,
mientras se alejarán
los que te devoraban.
 
Al amor más sincero
Al amor más sincero, 
Al Amor sin fronteras,
 Al Amor que dio su vida por amor 
Encontré un día cualquiera…
…y a ese Amor tan sincero, 
A ese Amor sin fronteras, 
A ese Amor que dio su vida por amor 
Le entregué mi vida entera.
 
Ecos del salmo
 
Del evangelio de Marcos (6,7-13):
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. 
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» 
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Reflexión
El amor de Dios por su pueblo es más fuerte que el de una madre por sus hijos, está tatuado en la palma de sus manos, protege sus murallas de sus enemigos. ¿Qué tiene Dios para nosotros hoy? Ese mismo amor, que nos libera del sufrimiento absurdo, nos devuelve la confianza y repara nuestro autoestima.
El Señor envió a sus apóstoles y les dio poder para someter a los espíritus inmundos, esto es, liberar a las personas del sufrimiento, devolverles su dignidad, es más, elevar su existencia al nivel de hijos de Dios. Los apóstoles podían curar las dolencias, las depresiones, las minusvalías, podían reparar los muros rotos. Eran expresión de la voluntad de Dios de restaurar la humanidad.
Pensemos ahora en todas las personas que nos han hablado de Dios y de su amor incondicional, que nos han ayudado a superar problemas, que nos han acompañado en los malos momentos. Han sido también ellos enviados por el Señor para hacernos sentir su amor.
A veces quienes debían traernos esa buena noticia liberadora del amor de Dios nos han acusado por nuestra forma de sentir, por nuestras acciones, nos han juzgado y no pocas veces condenado. En vez de liberarnos de la pena nos han empujado a un pozo de incomprensión y soledad. A veces hemos sido objeto de burla, nos han estigmatizado. Pero el Señor no se olvidó nunca de nosotros. Siempre nos tiene en su presencia, nos envía verdaderos apóstoles que con sus humildes gestos nos animan a seguir en camino.
Demos gracias a Dios en silencio, pidiendo protección para todos aquellos que nos han mostrado su amor, y pidamosle también que ilumine a los pastores de su pueblo, para que liberen y sanen los corazones de prejuicios, y no condenen a las personas LGTB, a los divorciados, a tantas otras personas que se sienten excluidas de nuestras iglesias. Pidamos al Señor nuevos apóstoles llenos de misericordia y de amor, que sean capaces de transformar el mundo. Pidámosle asimismo, en silencio, ser nosotros expresión de su amor hacia el Hombre y la Mujer de este siglo XXI, que nosotros seamos apóstoles con el poder del amor de Dios.
Amén.
 
Silencio (10 minutos) Peticiones y acción de gracias breves y personales
 
Oración común:
Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intersección ante el Padre por toda la comunidad LGTB; por todos aquellos hermanos nuestros que no se aceptan a sí mismos, que se sienten solos y sufren en la soledad, que son perseguidos por su orientación afectiva y sexual y que no son comprendidos ni aceptados en su entorno más cercano.
Te damos gracias y te pedimos también por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amen
 
Padrenuestro
 
Vaso nuevo
Gracias quiero darte por amarme
gracias quiero darte yo a ti Señor
hoy soy feliz porque te conocí
gracias por amarme a mí también
yo quiero ser, Señor amado
como el barro en manos del alfarero
toma mi vida y hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo
toma mi vida y hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo
Te conocí y te amé
te pedí perdón y me escuchaste
si te ofendí perdóname señor
pues te amo y nunca te olvidaré
yo quiero ser, Señor amado
como el barro en manos del alfarero
toma mi vida y hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo
toma mi vida y hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo
 
 

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