Esta celebración del perdón tuvo lugar el sábado 9 de marzo de 2013 en Barbieri 18. Se centró en la reconciliación interior de cada uno y entre los presentes.
Ritos iniciales
Canto: Ven, no apartes de mí los ojos, te llamo a ti, te necesito para que se cumpla en el mundo el plan de mi Padre.
Saludo del presidente
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Bendito sea Dios,
Que en su infinito amor nos ha dado a su Hijo Jesucristo.
Que su misericordia esté siempre con todos vosotros.
Oración presidencial:
Oremos pidiendo a Dios que nos ilumine para poder ver con claridad el camino de la conversión (Instantes de silencio)
Dios Padre, rico en Misericordia, al poner en tu presencia y revisar nuestras vidas, descubrimos que estamos lejos de responderte con total generosidad y por ello reconocemos tu bondad y nuestro pecado. Danos ánimo para recorrer con entusiasmo el camino de conversión a ti, siguiendo a tu Hijo Jesucristo. Envíanos tu Espíritu santo, Espíritu que sane nuestras heridos, anime nuestro seguimiento y enderece nuestros caminos. A Ti, Padre bueno, y lleno de ternura que nos amas con amor inmenso por tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amen.
Primera Lectura: Lucas 10, 25-28)
Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: “Maestro, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna? Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? Respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Dijo entonces: “bien has respondido haz eso y vivirás”.
¿Quién es tu Dios? ¿A que Dios ha entregado tu corazón? ¿Cuáles son tus ídolos? Tenemos necesidad de sanar nuestras imágenes de Dios. Dios es como una madre, que siempre está pendiente de ti. ¿Cuántas veces Dios ha sido presentado como el enemigo de nuestra felicidad, como un aguafiestas, un policía siempre vigilándonos, un Dios sádico que disfruta con nuestros sacrificios y nuestro sufrimiento. Pero Dios es amor, es luz, es tu plenitud. Te tiene tatuada en sus manos, te lleva siempre en sus palmas. ¿A qué Dios sirves? ¿Estás dispuesta a abandonar los ídolos, que te conducen a la muerte?
Canto: Cuánto he esperado este momento, cuánto he esperado que estuvieras aquí, cuánto he esperado que me hablaras, cuánto he esperado que vinieras a Mí. Yo sé bien lo que has vivido, Yo sé bien lo que has llorado, Yo sé bien lo que has sufrido, pues de tu lado no me he ido. /Pues nadie te ama como Yo,/ (bis) mira la Cruz, esta es mi más grande prueba, nadie te ama como Yo. /Pues nadie te ama como Yo,/ (bis) mira la Cruz, fue por ti, fue porque te amo, nadie te ama como Yo.
Segunda lectura: Mateo 18, 21-35
Entonces Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: Señor, si mi hermano me hace algo malo, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le contestó: No basta con perdonar al hermano sólo siete veces. Hay que perdonarlo una y otra vez; es decir, siempre. Muchas veces estamos heridos. Cuantas cosas que no nos hemos perdonado.
Cuanto miedo y rencor habitan en nuestro corazón. ¿Te sientes perdonado por Dios? Deja entrar el perdón de Dios en tu vida. ¿Tienes que perdonar a alguien que te ha ofendido? Quizá a tus padres por los que nunca te sentiste querido, o a la Iglesia o sus sacerdotes que no dejaron que te quisieras y aceptaras? ¿Aquella ofensa que nunca has podido olvidar? ¿Aquella infidelidad que está siempre en tu recuerdo? Deja que el perdón de Dios entre en tu vida. Déjate perdonar por Dios para poder perdonar.
Canto: Me levantaré e iré a mi Padre, le declararé te amo Señor
Tercera lectura (1Corintios 1, 10ss)
Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio. Porque, hermanos míos, estoy informado de vosotros, por los de Cloe, que existen discordias entre vosotros.
Me refiero a que cada uno de vosotros dice: «Yo soy de Pablo», «Yo de Apolo», «Yo de Cefas», «Yo de Cristo» ¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? Porque mientras haya entre vosotros envidia y discordia ¿no es verdad que sois carnales y vivís a lo humano? ¿No sabéis que sois pueblo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el pueblo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el Pueblo de Dios es sagrado y vosotros sois ese pueblo.
Canto: Como el Padre me amo
Cuarta lectura: (Mateo 35,35ss)
«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: «Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.» Entonces los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?» Y el Rey les dirá: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.» Entonces dirá también a los de su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis.» Entonces dirán también éstos: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?» Y él entonces les responderá: «En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo.» E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna.»
¿Podemos celebrar la Eucaristía hoy sin sentir el aguijón de que al otro lado de la mesa del Señor de todos se sienta más de la mitad de la humanidad que pertenece a la multitud de desheredados, por lo que Jesús sentía una conmovedora compasión? ¿Somos cristianamente epulones, indiferentes a los Lázaros de nuestras puertas?
Liturgia del Perdón
Presidente: Conscientes de nuestra realidad, acudimos a Dios, rico en misericordia:
Canto: Ten piedad (4 veces)
Ten piedad de mí Señor, tengo que reconocer que falló mi poco amor, que me ha faltado fe. No me siento fuerte para andar sin ti me faltan tus manos, necesito creer en ti. Si alguna vez te fallé perdóname sabes que nada valgo si no te puedo tener. Ten piedad, Señor ten piedad (2 veces) Señor (señor) Señor (señor) Señor (señor ten piedad Señor) señor (señor)
Perdón Señor por nuestros egoismos, nuestra insolidaridad, por la dureza de nuestros corazones. Perdón Señor por nuestras intolerancia. Perdón Señor, por nuestras comodidades riquezas y apegos.
Canto.
Perdón Señor por nuestros orgullos y por menospreciar a los demás. Perdón, Señor, por nuestros individualismos. Perdón Señor, por no descubrirte en el pobre.
Canto
Celebración de la reconciliación
Acción de gracias
En verdad es junto y necesario darte gracias, Señor, Padre santo, porque no dejas de llamarnos a una vida plenamente feliz.
Tú, Dios de bondad y misericordia, ofreces siempre tu perdón e invitas a los pecadores a recurrir confiadamente a tu clemencia.
Muchas veces los hombres hemos quebrantado tu alianza; pero tú, en vez de abandonarnos, has sellado de nuevo con la familia humana, por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, un pacto tan sólido que ya nada lo podrá romper.
Y ahora, mientras ofreces a tu pueblo un tiempo de gracia y reconciliación, lo alientas en Cristo para que vuelva a ti, obedeciendo más plenamente al Espíritu Santo, y se entregue al servicio de todos los hombres viviendo el mandamiento del amor.
Por eso, llenos de admiración y agradecimiento, unimos nuestras voces a las de los coros celestiales para cantar la grandeza de tu amor y proclamar la alegría de nuestra salvación:
Gesto de la paz: En Cristo que nos ha enseñado el servicio y la entrega con su ejemplo y nos ha hecho hermanos y hermanas con su cruz, y como signo de reconciliación daos fraternalmente la paz.
Padre Nuestro: Haznos Señor Jesús como tu: pobres, humildes, serviciales, solidarios, generosos y compasivos. Con la oración que tú mismo nos enseñaste nos dirigimos a tu Padre y a nuestro Padre.
Oremos al Dios que nos ha perdonado
Dios Padre bueno, te damos gracias por el perdón recibido. Aquí nos tienes a hacer eficaz la luz recibida, abierto a tus llamadas. Queremos proclamar que tu vives, y que tu misericordia es eterna. Bendito sea por los siglos de los siglos. Amen.
Bendición
Dios Padre os bendiga y os ayude a ser testigos del perdón celebrado. Amen
Que habiendo recibido la misericordia de Dios, podíais comprender las faltas de los demás como Dios comprende las vuestras. Amen
Que en su bendición aleje de vosotros las envidias, las faltas de amor, y las ideologías para que crezca la comunión y se construya la comunidad Cuerpo de Cristo. Amen
Canto final: Esta es la casa del Señor
Foto: cuadro de R. Margareto.