Nos encontramos un año más en plena vivencia de este período de Adviento, de esperanza y de celebración de la llegada del Amor, del nacimiento de Jesús. Celebración de que Dios hecho hombre, llega a nuestros corazones, a nuestras vidas.
El amor siempre ha tenido dificultades para triunfar y reinar en el corazón de los hombres y mujeres a lo largo de la historia y en los tiempos que vivimos también. Es verdad, que en este momento de crisis, la dificultad es mayor porque si antes nos costaba dar lo que nos sobraba, ahora nos cuesta dar lo que necesitamos o creemos que necesitamos. Nos hemos, o nos han acostumbrando a sobrevivir contando sólo con nuestro esfuerzo y pericia, en una sociedad cada vez más individualista y materialista. El realizar juicios de valor de cualquier tipo, sobre un hermano o hermana también nos separa y disgrega nuestros corazones. Pero puedo deciros que yo creo en el Amor, quizás es mi vivencia y creencia mayor y la que da sentido a mi vida.
Todos sabemos y entendemos lo que es el Amor y aunque seguramente coincidimos en lo fundamental, todos tenemos matices diferentes, porque así es Dios y así somos nosotros, hijos suyos, semejantes a Él y también diferentes, con nuestras vivencias, limitaciones y experiencias.
Para nosotros como comunidad cristiana LGTB+H, la vivencia del amor es seguramente un reto mayor que para el resto de la sociedad, porque todos sabemos lo que son los problemas de aceptación y de rechazo, el sentirnos diferentes en nuestra soledad y el sufrimiento que ello conlleva. Pero seguramente por eso, hemos sido llamados por Dios a Amar con mayor medida, a pesar de los prejuicios y de las formas. A conocerle con mucha intensidad y profundidad y llevar este Amor a todos los planos de la vida. No estamos solos, el Señor nos acompaña y nos guía, Él nos ha mirado a los ojos y ha pronunciado todos y cada uno de nuestros nombres.
En este tiempo de Adviento y celebración del nacimiento de Jesucristo, quiero también trasmitiros la preocupación que desde la Junta Directiva de Crismhom tenemos sobre la necesidad de que todos colaboremos en el mantenimiento y ayuda de las necesidades de Crismhom, tanto materiales como de tiempo, humanas y afectivas. Cada uno en la medida de sus necesidades y disponibilidad, Amar es compartir, es entrega. El ser coherentes en la manifestación externa de nuestra vida, con lo que vivimos y sentimos en nuestro interior, en nuestro corazón, es una necesidad, un deber para todos y cada uno de nosotros.
Ya por último, quiero también trasmitiros mis mejores deseos para todos y cada uno de vosotros y vosotras, pediros disculpas por todas aquellas veces en las que en este año no he sabido estar próximo cuando me necesitasteis. También pediros que trabajemos todos juntos para desde la paz y el amor del Señor construir de verdad, con ilusión, con corazón, una comunidad cristiana fraterna de hermanos y hermanas. Una comunidad faro de Luz y Vida para el resto de la sociedad y de la comunidad LGTB. Construyamos entre todos un Crismhom que sepa hablar con voz clara y con la fuerza de nuestra realidad comunitaria, de la perfecta integración entre Ser cristiano y nuestra afectividad y diversidad sexual, denunciando y comunicando esta realidad a la jerarquía de las iglesias y al mundo, con la ilusión, serenidad y la fuerza que nos da el Señor.
Gracias,
Bo Natal, Feliz Navidad
Meus mellores desexos e parabens para o Natal
Un fuerte y querido abrazo en el Señor que nos cuida y da forma
Presidencia de Crismhom