2011-11-11: El buen samaritano

LITURGIA DE LA PALABRA

 

Ven, Espíritu de Dios, sobre mí

Me abro a tu presencia

Cambiarás mi corazón. (2)

 

Toca mi debilidad,

Toma todo lo que soy.

Pongo mi vida en tus manos

Y mi fe.

Poco a poco llegarás

A inundarme de tu luz.

Tú cambiarás mi pasado.

Cantaré.

 

 

 

 

Quiero ser signo de paz.

Quiero compartir mi ser.

Yo necesito tu fuerza,

Tu valor.

Quiero proclamarte a ti.

Ser testigo de tu amor.

Entra y transforma mi vida.

¡Ven a mí!


 

 

Ten piedad (4 veces)  Ten piedad de mí Señor, tengo que reconocer que falló mi poco amor, que me ha faltado fé. No me siento fuerte para andar sin Ti, me faltan tus manos, necesito creer en Ti.
Si alguna vez te fallé perdóname, sabes que nada valgo si no te puedo tener… Ten piedad, Señor ten piedad (2 veces) Señor (señor), Señor (señor), Señor (señor ten piedad, Señor) Señor (señor) Señor (señor) Señor ten piedad.

 

 

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES 5, 1-6

 

Hermanos:

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba. Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

 

 

SALMO ( a dos coros)

 


 

De ti, Señor, nos fiamos,
en ti confiamos siempre,
pues sabemos que tú
jamás abandonas
a todos tus amigos,
de los que cuidas
con infinita ternura.

Sabemos, Padre bueno,
de tus inmensos cuidados
para con el pájaro y la flor.
Sabemos, nos lo han contado,
de tus infinitos detalles
de delicadeza y amor
que vas sembrando por la vida.

Te damos gracias,
te alabamos siempre,
porque cuidas de los pobres,
de «los Lázaros» de este mundo,
de los que no traen nada.
Tú eres siempre
sabor a hogar y a pan
para los sin nada.

Ayúdanos a descubrirte
a ti que eres fortaleza. Amén.

CANTO: Aleluya Cantará quien perdió la esperanza y la tierra sonreirá, Aleluya.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 14-15.19-21

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

–Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. «Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.» Su señor le dijo: «Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.» Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: «Señor, dos talentos me dejaste; mira he ganado otros dos.» Su Señor le dijo: «Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.»

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: «Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.» El señor le respondió: «Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

ECOS DE LA PALABRA

Comentario: El texto del Evangelio de hoy nos habla de un hombre que entrega un cierto capital a tres empleados suyos. Dos de ellos negocian con lo recibido arriesgan… y duplican lo recibido. En cambio el tercero decide esconder lo recibido, prefiere no invertir, apuesta por dejar las cosas tal como están; ¿para qué complicarse la vida? La Parábola alaba la actitud de los dos primeros, que recibe una merecida recompensa. Por el contrario, critica la del último, al que llama negligente y holgazán, y aquello que había guardado con tanto cuidado le es quitado, a causa de su talante excesivamente prudente. En nuestras comunidades, con frecuencia, sobran actitudes exageradamente razonables: es mejor no cambiar nada, no arriesgar. El proceder al que nos invita Jesús es bien diferente. Cada uno de nosotros ha recibido diversos talentos. Lo fácil, algunos dirán lo aconsejable, es dejar las cosas como están, no complicarse la vida, no apostar por echarle imaginación y ganas a la tarea a la que estamos llamados comunitaria y socialmente, convencernos que si arriesgamos podemos perder lo que tenemos. El mensaje del Evangelio no es compatible con esa forma de ver las cosas.

 

 

 

Canto: Quiero Alabarte

Quiero alabarte más y más aún

Quiero alabarte más y más aún

buscar tu voluntad, tu gracia conocer  quiero alabarte.

Yo quiero amarte más y más aún

Yo quiero amarte más y más aún

hacer tu voluntad, tu gracia recibir yo quiero amarte.

Las aves del cielo cantan para Ti

las bestias del campo alaban tu poder

quiero yo cantar  quiero levantar mis manos hacia Ti.

 

COMPARTIR, ACCIÓN DE GRACIAS, PETICIÓN

 


 

Padre nuestro tu que estás

en los que aman la verdad,

has que el reino que por Ti se dio

llegue pronto a nuestro corazón,

que el amor, que tu hijo,

nos dejó, ese amor…

habite en nosotros.

 

(Se reza la oración tradicional del Padre Nuestro)

 

Y en el pan de la unidad,

Cristo danos Tu la paz

y olvídate de nuestro mal,

si olvidamos el de los demás,

no permitas, que caigamos

en tentación…

oh señor…

y ten piedad…

del mundo.


 

 


 

¡CUÁNTO MIEDO TENGO, SEÑOR!

De no invertir mi vida como, Tú en la cruz, lo hiciste:

con silencio, grandeza y dolor

con perdón, humildad y sacrificio

con fe, esperanza o misericordia

 

¡CUÁNTO MIEDO TENGO, SEÑOR!

De mirarme a mí mismo,

y viendo lo mucho que me has dado

creer que no merece la pena arriesgarlo todo:

por Dios y por el hombre

por la Iglesia y por el mundo

por mis hermanos y por mí mismo

 

¡CUÁNTO MIEDO TENGO, SEÑOR!

Que vengas…y me pilles con el pie cambiado

lejos de tus caminos y, con mis talentos,

sin haberlos utilizado a fondo.

Amén



 

Sois la semilla que ha de crecer
Sois estrella que ha de brillar
Sois levadura, sois grano de sal
Antorcha que ha de alumbrar
Sois la mañana que vuelve a nacer
Sois espiga que empieza a granar
Sois aguijón y caricia a la vez
Testigos que voy a envíar

Id amigos por el mundo, anunciando el amor
Mensajeros de la vida, de la paz y el perdón
Sed amigos los testigos de mi resurrección
Id llevando mi presencia, con vosotros estoy

 


Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad