Ya toda me entregué y di
Ya toda me entregué y di, y de tal suerte he trocado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.
Cuando el dulce Cazador me tiró y dejó herida, en los brazos del amor mi alma quedó rendida; y, cobrando nueva vida, de tal manera he trocado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.
Hirióme con una flecha enherbolada de amor, y mi alma quedó hecha una con su Criador; Ya yo no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado, y mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado.
A nuestra quredísima y bien inspirada y guiada por Dios, ya muy cerca el quinto centenario de su nacimiento.
¡¡Feliz día de Santa Teresa de Jesús!!