Contemplando a un compañero de trabajo que lleva dos años levantándose a las 5 para estudiar y así poder buscar un trabajo donde encontrar su sitio. Quizá debiera irse tres años fuera de España para tener esa experiencia. Contemplando su decisión firme y su empeño férreo. Con costosas implicaciones familiares como la separación temporal durante unos años. Sin embargo, contemplando ese empeño claro.
A los indecisos y tibios a los que siempre nos costó ver opciones claras, sírvanos trabajar y orientar nuestra vida poco a poco a lo largo del tiempo en una dirección. Y que ese posicionamiento sea nuestra confirmación, para poder escoger con decisión y alegría, aquello para lo que con tanto empeño y tiempo nos hemos orientado y preparado.