Acompañando con la imaginación a Cleofás hacia Emaús. Debatiendo la lectura de los acontecimientos de mi historia sin llegar a un acuerdo claro de por qué pasan las cosas que nos pasan. Pidiendo que Jesús se haga presente para que nos cuente su historia de Salvación en la que todo está claro, tenía que ser así, sin ningún victimismo. Y poder descubrir que al arder mi corazón, yo también pueda contarla, sin victimismo, porque tenía que ser así.