La tesis de la justificación por la fe de Lutero de que la salvación se alcanza por la fe sin necesidad de hacer buenas obras surge de una unión y conocimiento muy hondos de Dios en una época donde la salvación se compraba y vendía con bulas. La inspiración de Lutero fue la de percibir el amor gratuito y unilateral de Dios más allá de la respuesta humana. Relativizar el valor de la salvación, poniendo como fin no a esta, sino la experiencia vital de unión, amistad y amor a Dios, de la que fluyen espontaneamente obras de amor compartido, porque se recibió previamente del amor íntimo de Dios, igualmente atisbado a través del amor de los demás. Porque si Dios está con nosotros, quien podrá estar en contra. Y si el fiscal de los elegidos de Dios es Jesús, el que perdona, el que dio su vida por nosotros. ¿Cómo no nos regalará la salvación? (Romanos 8)