Canto:
Me levantaré e iré a mi padre;
le declararé, te amo Señor.
Bienvenida
Los pensamientos y sentimientos que despierta la realidad de la familia pueden ser diversos. Desde nuestro
nacimiento, hay personas que nos cuidan, que se ocupan de nosotros, personas en las que despertamos cariño y
despiertan cariño en nosotros. A veces porque nos infunden el soplo de nuestra vida. Otras porque nos han mirado con
ojos de madre o padre. Su cuidado es gratuito, no espera recibir nada a cambio. Nuestras infidelidades, faltas de amor,
cabezonerías y limitaciones son aceptadas, aunque en ocasiones con mucha dificultad. Nosotros también aprendemos
de estos valores. Aprendemos a devolver gratuitamente lo que de balde hemos recibido, a perdonar las ofensas y
apoyar a estos que nos aman, sin más razón que porque han recibido la vocación de padres y madres, hermanas
o hermanos. Hemos compartido, nos hemos ayudado y alegrado, también nos hemos acompañado en momentos
difíciles y nuestras vidas han quedado unidas.
Esposo con esposa, esposa con esposa, esposo con esposo. Madre y padre, madre y madre, padre y padre, madre
sola, un padre sólo, tíos padres, madres tías, abuela madre y padre abuelo, amigo hermano y padre, madre amiga y
hermana. “Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana
y mi madre”.
Lectura del libro de Rut 1, 11-18:
Pero Noemí dijo: «Vuélvanse, hijas mías. ¿Por qué quieren ir conmigo? ¿Acaso tengo aún hijos en mis
entrañas para que sean sus maridos? «Vuélvanse, hijas mías. Váyanse, porque soy demasiado vieja para
tener marido. Si dijera que tengo esperanza, y si aun tuviera un marido esta noche y también diera a
luz hijos, ¿esperarían por eso hasta que fueran mayores? ¿Dejarían ustedes de casarse por eso? No, hijas
mías, porque eso es más difícil para mí que para ustedes, pues la mano del SEÑOR se ha levantado contra
mí.»
Y ellas alzaron sus voces y lloraron otra vez; y Orfa besó a su suegra, pero Rut se quedó con ella. Entonces
Noemí dijo: «Mira, tu cuñada ha regresado a su pueblo y a sus dioses; vuelve tras tu cuñada.» Pero Rut le
respondió: «No insistas en que te deje o que deje de seguirte; porque adonde tú vayas, yo iré, y donde
tú mores, moraré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. «Donde tú mueras, allí moriré, y allí seré
sepultada. Así haga el SEÑOR conmigo, y aún peor, si algo, excepto la muerte, nos separa.» Al ver Noemí
que Rut estaba decidida a ir con ella, no le insistió más y dejó que se quedara con ella.
Canto:
No quiero alejarme de ti,
Donde tú vayas yo iré,
Donde tú habites, yo quiero habitar.
Himno (rezar salmodiando en dos grupos):
Sácianos de tu misericordia y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Que conozcamos la brevedad de nuestra vida
Para alcanzar sabiduría de corazón.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
Y toda nuestra vida será alegría y júbilo
Danos alegría por los días en que nos afligiste,
Por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción y tus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Lectura del evangelio Mateo 12, 45-50:
Mientras Él aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera,
deseando hablar con Él. Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar
contigo. Pero respondiendo Él al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! Porque cualquiera
que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.
Canto
Nada nos separará (bis);
nada nos separará, del amor de Dios.
Meditación/Silencio
(10/15 minutos)
Peticiones
Señor, danos la fuerza y enséñanos a ser hermanos de la humanidad, padres de los pequeños y madres
de los más débiles.
Señor, enséñanos a conocer la brevedad de nuestra vida, para alcancar sabiduría de corazón.
Te pedimos por nuestros padres y madres. Para que no perdamos ocasión de cuidarles y expresarles
nuestra cercanía y cariño.
Señor, enséñanos a valorar lo que tenemos, a alcanzar la sensatez de aquellos a quienes has tocado el
corazón.
Canto:
Canta Aleluya al Señor (bis);
Canta Aleluya (bis);
Canta Aleluya al Señor.