Ejercitándome en acoger temporalmente a alguien que lo necesita en mi casa. Perdiendo algún día el sueño, venciendo dudas, intentando no mezclar cosas, poniendo límites, finalmente le acogí. Experimentando nuevamente la convivencia. Señor mío, espero tener la experiencia de que acciones así nos enriquecen, nos hacen más humanos, nos hacen valorar más lo que tenemos. Me pone en contacto con mis limitaciones y me hace verme más como soy, no precisamente tan bueno como me pensaba.