Contemplando la respuesta de un amigo y colaborador, tras un malentendido con otro que por su exceso de entusiasmo, sin darse cuenta, le quitó su puesto y papel: «Te quiero mucho y no quiero apagar tu entusiasmo en cada cosa que haces, porque estamos sirviendo al mas grande, Jesucristo». Superando y aclarando malentendidos, porque al fin y al cabo estamos aquí solamente, para servir al más GRANDE, Jesucristo.