Evangelizando nuestra propia vida. Según va pasando, uno va tomando decisiones. Contemplando los discípulos que siguen a Jesús sin conocerle. Viendo y sintiendo su llamada y confiando en él. Con decisión fresca, un tanto irracional, le siguieron sin apenas conocerle. Sin enterarse mucho, aprendieron quién era Jesús compartiendo y viviendo con él.