El Señor nos pone a prueba. Nos fuerza a discernir, a tomar decisiones. Pone delante de nosotros nuestra falta de generosidad. Sin poder evitar sentirse violentado y abusado de confianza, nos quedamos intranquilos y confusos sin acertar a saber cuál es la mejor opción. Hoy pido a Dios discernir la opción que elegiría Él.