Si yo, con mis grandes limitaciones y omisiones, soy capaz de ofrecerte lo mejor que tengo, ¡cuánto más, nuestro Padre celestial, dará Espíritu Santo a los que se lo pidamos. Es por eso que pido, busco y llamo, para recibir, encontrar y que se me abran ventanas y puertas para seguir siempre hacia adelante.