Hay verdadero dolor en tu corazón, un dolor que realmente te pertenece. Ahora sabes que no puedes evitarlo, ignorarlo ni reprimirlo. Es este dolor el que te revela como se te convoca a vivir en solidaridad con la quebrada raza humana. Debes distinguir con cuidado, sin embargo, entre tu dolor y los dolores que se han adherido a el pero que no son verdaderamente tuyos. Cuando te sientes rechazado, cuando te consideras un fracaso y un inadaptado. Debes tener cuidado de no dejar que estas sensaciones y pensamientos perforen tu corazón. No eres un fracaso ni un inadaptado. Por lo tanto, tienes que desconocer estos dolores como falsos. Pueden paralizarte y evitar que ames del modo en que eres convocado a amar.
Es un esfuerzo seguir distinguiendo el verdadero dolor de los falsos dolores. Pero, en la medida en que persistas en ese esfuerzo, veras cada vez más claramente tu singular vocación de amor. A medida que veas esta vocación, serás cada vez más capaz de defender tu verdadero dolor como tu camino singular hacia la gloria.
(Herni J. M. Nouewen, La voz interior del amor)