¡¡Señor, sí, Señor!!

Ansiando conocer la voluntad de Dios en mi vida. Buscando y mirando opciones. Discerniendo espíritus, afectos y planes. Deseando nuevos proyectos, cambios, pasos hacia adelante. Hoy intuyo la voluntad de Dios ciertamente no con eso que más me gustaría, sino con lo que más sentido tiene según sus planes. Hoy me atrevo a dilucidar la voluntad de Dios con el quehacer cotidiano que me ha acompañado en los últimos cuatro años. Entregando mi tiempo y esfuerzo a «lo de siempre», porque después del camino recorrido, las experiencias vividas, es ahí sólo donde me cabe pensar que Dios me quiere. Quizá no es donde querría estar, pero acepto y quiero estar ahí porque así percibo la voluntad de mi Señor.


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