Sé mi luz, enciende mi noche
Sé mi luz, enciende mi noche
Mi noche… sé mi luz
[…] el 10 de septiembre de 1946 Dios le había hablado durante el viaje que Teresa había hecho desde Calcuta a Darjeeling, una localidad a unos 600 km al norte, adonde se dirigía en tren para hacer un retiro en el convento que la Orden de Loreto tenía allí. Fue entonces que le habló la Voz de Jesús, en lo que conocemos como “locuciones interiores”, las cuales continuaron a lo largo de casi un año: «Pequeña mía, ven, ven, llévame a los agujeros de los pobres. Ven, sé Mi luz. No puedo ir solo, no me conocen, por eso no Me quieren.» Llévame a los agujeros de los pobres, es decir, a los barrios más miserables.
Jesús quería que ella fuera su luz en la oscuridad de la pobreza más terrible.
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