Ristra de cosas

…que he ido apuntando por ahí en papeles para luego compartirlas aquí [ ¿endilgároslas? ] y acabo de encontrar en los bolsillos, antes de meter a la lavadora. Espero que os resulten más útiles que a ella. Al menos, así no atasco su filtro.

Cita inquietante
Esta ilustracion está sacada del caralibro. Buenrollito, mejor con sólo una erre. Me resulta inquietante porque admite, sí, da permiso y lucidez a la mediocridad. Sucede, porque yo también calculo cuánto amar, como Ananías y Safira,

Opino que faltan algunos peldaños más. No sólo desposar y convivir toda la vida, donarle un riñón si le hiciera falta. Más: ante unos remolinos de una laguna estigia echarse con pantalones al agua a por él, a por ella, y rescatar, pero morir agotado poco después. También falta otra parte más vergonzante bajo cero. Consistiría en cuidadosamente eludir a X, poner atención en no mirar hacia X; preservativos en las orejas. Sé que no hay ni habrá nada que hacer por X, mejor desinstalarlo de mi vida. Deslindo apartando fuera.

Pero Jesús no pone diez matices de gris. Dice que a todos y no habla de gradaciones. Jesús logra decirlo con  menos de ciento cuarenta caracteres. La breve concisión de Jesús me sigue pareciendo otro milagro suyo más.

Olvidaba. José Luis Martín Descalzo, veinticuatro actos de Amor.

6 words for love

Sólo palabras

Un fallo de este blog, y de cualquier blog, de internet, de la abrumadora vida urbana. Y fallo de algunas ―muy pocas― homilías. Que son sólo palabras. De esto se queja Hamlet, segundo acto, escena segunda, Words, words, words

Acabo de recordar la frase de Ludwig Wittgenstein Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje. ¡Vamos a ampliarlos! Me lo pongo difícil, porque a través de un blog sólo puedo enviar imágenes, sonidos y palabras. Así que os voy a regalar aquí programas para instalar. En lugar de mis aburridas palabras, que aturden y marean, aquí os van aplicaciones útiles y gratuitas para cualquier dispositivo.

María de Betania entró donde estaba comiendo Jesús y se llenó toda la casa de perfume de nardo. Sin hablar en arameo, tan sólo hizo dos ruidos: rotura de frasco, sollozos. Por fin, un programa para perfumar mensajes, páginas y tuits: Smilley


Smilley genera aromas de rosas, nardos, miel, olor a madera y tierra mojadas, musgo, cabello húmedo de amante recién peinado y otras delicias más. Creo que la versión beta o la pro incluye la de mar salada revuelta.

Y otro. 3jvo también útil. Descargable aquí. Pero sólo para Windows. Desfragmenta y libera tu libre albedrío. Detecta las zonas de tu cráneo donde crees que eres libre pero no lo estás siendo [ enfado enojoso ante una situación boba, un semáforo rojo; deseo irrefrenable de fumar, otra copita más de alcohol, ¡es sólo la quinta! ¿Quieres que hagamos algo inseguro? ¡No nos va a pasar nada! ]   Te las repara, y te avisa, para que seas más libre.

Libertad: ser curioso, perderse catando cosas diferentes, y entre ellas, elegir la buena y hacer la mejor, desposar la mejor. No temáis por vuestros dispositivos con la descarga de archivos, son inofensivos, lo garantizo.

[Vaya, con la actualización de plataforma de este blog se han caido los archivos descargables, lo lamento. ]

El Reino, asintótico

Los matemáticos llaman asíntota ―¡vaya nombre! Así de tonta es la curva― a una curva especial, que cuanto más se acerca a su eje, menos llega. Cuando peco de desesperanza pienso que el Reino es asintótico, que no va a llegar nunca. Teníamos ya casi todas las enfermedades controladas, y… ¡vaya, oh…! nos aparecen VIH y ébola. Creamos internet como buena herramienta de unión planetaria y ¡oh…! llega para quedarse el cambio climático. Como en la carrera de Aquiles y la Tortuga, parece que siempre vamos un paso detrás del mal.

No. El Reino no puede ser una asíntota. Un día llegará. Y un jueves, un martes, un sábado, será la segunda venida. Un día concreto, como lo fue el viernes tres de abril del año treinta y tres. Aquel fin de semana más glorioso fiestero duro doloroso de todos los fines de semana.

Moisés y Simeón

Moisés enfila hacia la tierra prometida, pero no llega a pisarla.

Simeón vive muchas situaciones, todas veterotestamentarias, ya viejo, con un cerro de años y achaques va un miércoles, a eso de las once y media de la mañana ¡y toma en brazos al Mesías! ¡Se da cuenta de Quién es, Le reconoce!

Yo no pisaré la tierra prometida, pero bueno no importa demasiado.

El tamaño de Todo

Para los de la ciencia dura lo más básico e inicial eran los noventa y tres mil millones de años luz de tamaño del Universo observable.  Y su tiempo, catorce mil millones de años. Y en tal escenario estaba como cosa curiosa, florecilla pequeña, nuestra autoconsciencia, con sensaciones y sentimientos. Un epifenómeno adláter sin mucha importancia, una cosa emergente y curiosa que ha salido aquí por casualidad. Y que desaparecerá pronto porque se gestiona muy mal, guerras y suciedad. Con gris frialdad la gestionaba la ciencia dura.

Una intuición ahora me dice que es justo al revés. Lo fundacional, primero y más básico son las consciencias y emociones, que no están sólo dentro de nuestros cráneos. Lo otro, el espacio del Universo, es irrelevante. Podría desaparecer o cambiar en un femtosegundo si a Él le pareciera.

La intuición es la mejor de las fuentes. Echa muy poca agua, pero es la más fresca. A veces se equivoca, pero sigue siendo la fuente más fresca y rica. DiosaDios Trinidad habla lo suficientemente fuerte como para que le oigamos, y suficientemente suave como para no molestar ni aturdir.

Pontífices

Etimológicamente constructores de puentes. Un rato estamos en nuestra orilla del gaísmo, dedicados más bien a eso. Horas más tarde, estamos en el gran lado de la fe, obras y oración. Poniendo bases para juntar los dos lados del puente. Hace falta porque un río revuelto los separa.

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Un pasaje raro de Pablo

¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?  Raro versículo tres dentro de su primera carta a los corintios, capítulo seis. Aquí tenéis dibujos de ángeles para absolver.

Cuento de la apisonadora

Esto era un trabajador sobre una apisonadora. Lo que a mí me gusta llamar un currito. Estaba allanando un camino del Reino, abajando las colinas y elevando los valles: ¡muchedumbres caminando fácil por ellas!

Tenía ya acabada la pista que le correspondía. Deliciosamente bien apisonada,  muy lisa, correctamente peraltada y dispuesta para ser enlosada o alquitranada. En un sitio lejano de la pista había una cosa puntiaguda, vaya, se le había olvidado pasar por ahi.

Interrumpió el bocadillo y el refresco. Puso en marcha la apisonadora tan sólo para abajar ese montículo.

Tras sobrepasarlo echó la vista atrás. ¡Anda! Ahí seguía, despuntando como un brote molesto.

Se apeó de la apisonadora. Fue a mirar. Se trataba de algo sucio por el tiempo, mezcla de barro, metal, tierra. Para no mancharse arrancándolo con sus manos, decidió pasarle de nuevo la apisonadora.

Un par de veces. Un viaje para acá, otro viaje para allá. Se asombró porque el objeto no se abajaba, no se dejaba apisonar por aquellas toneladas. ¡Se enfadó!

Volvió a apearse. Ahí seguía. Agarró, arrancó, extrajo. ¡Sorpresa! ¡El objeto era un pieza de la apisonadora misma, una pieza interior importante! Menos mal que se negaba a hundirse en el terreno y desaparecer. El currito la reconoció como pieza caída o perdida, poco visible desde hace días.

—Claro ―decía el currito― ahora entiendo que no me iba bien tal o cual marcha, este y el otro émbolo, aquella dirección, esto vibraba y rechinaba.... Se lamentó de no haberla cuidado bien, de no recordar cuándo se le cayó. Repuso la pieza: flamante máquina renovada.

Dio otra pasada para alisar el huequito y sus propias huellas. La máquina ya sonaba a gloria, como nueva.

Y colorín colorado, la apisonadora volvió a funcionar maravillosamente.

Hay un punto más a un lado que al otro, para complicaros el emparejamiento. ¿Por qué?

¿Y con qué lo corresponderíais?

Pista: es el camino la pista. ¿O también con Jesús se empareja?

Bfff, sólo palabras. Sólo palabras pretenciosas.

Cazadores y recolectores

Comparando… Dice la antropología que íbamos cazando por ahí hace más de cinco mil años. Luego vino el Neolítico, y nos establecimos quietos, a cultivar. Parece ser que una vida más estable y segura, comprometida, pero más aburrida.

Comparando. ¿Promiscuos? ¿Leales?  Parece ser que vamos de una tendencia a otra, ¿no?

El recetario del Doctor Quaresma,

pequeño cuento.

Vosotros conocéis al Dr. Q. Este médico tiene un despacho simple.  No hay máquinas ni tratamiento especiales de diagnóstico en el gabinete. Ni siquiera un termómetro ni un fonendo.

De hecho lo pusieron arrumbado en tal habitación pequeña y desabrida del ambulatorio de barrio.

Pero es el médico más genial de todo el edificio.

Su recetario es la única herramienta de trabajo, además de su prodigiosa penetración psicológica y la silla cómoda y limpia del paciente. Yo he visto tal  recetario suyo,  parecido a los habituales, sencillo, homologado, hecho de papel reciclado. Y su boli bic barato de los chinos.  Este hombre hace lo que se viene llamando recetas imperativas.

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Vosotros sabéis que muchos psiquiatras prescriben antidepresivos como los de la fotografía. El doctor Q tan sólo os da una receta que el paciente a su vez  entrega a otras personas.

Llega a la consulta  alguien que sueña mucho con no seguir viviendo, piensa que muerto estaría mejor.

Entonces habla con Q. el tiempo que haga falta. Y como la típica pastilla que más o menos siempre nos acaba recetando el médico de atención primaria, él hace otra receta que después el harto debe entregar no a una boticaria, sino a las personas que tienen las llaves de su vida. Cuando la receta imperativa es entregada a quien va dirigida ponen cara seria, respiran hondo y la ejecutan, no siempre encantados pero la ejecutan, porque saben que de no cumplir esa hoja habría una muerta, un fallecido. Pone por ejemplo,

[Con esta receta] se dispone que Pepita vuelva con Juan, y le vuelva a querer mucho. Queda reseteado su pasado mutuo, de modo que no recuerdan reproches. Vuelve también con Juan las dos hijas de la pareja. Vuelven a vivir los cuatro en la misma única anterior casa, y así de paso gastan menos dinero en vivienda que ahora. Canceladas las debidas indemnizaciones y pensiones de Juan a Pepita, claro…. Aquel enamoramiento inicial madura y se mantiene […]

Se dispone que Pedro, que el pobre es pretencioso y no se conforma con menos, sea abrazado por todos los guapos de la comisaría que hay bajo su casa, y si fuera el caso amado y besado por alguno de ellos, de este modo llegue a abandonar la peligrosa promiscuidad de drogas y cuarto oscuro que tanto daño psíquico y físico le está haciendo […]

Se dispone que Amalia de ochenta y nueve años, y ante la dificultad de recuperar a su hija Toñi muerta de cáncer, reciba la visita de T***, auténtica doble de aquella con misma edad, y acabe trabando amistad y convivencia con ella […]

Blas recupera su alquiler, el de los últimos veinticinco años, no es desahuciado por el impago de tres mensualidades […]

Firmado:  Quaresma, Dr.

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Yo sé que vosotros no necesitáis que alguien os llegue blandiendo una receta imperativa del Doctor Quaresma. Podemos dar a muchos conocidos lo que necesitan sin que Q. les prescriba una de sus recetas imperativas, ni un píldoro antidepresivo.

Porque no todos somos psiquiatras,

pero todos podemos ser el Doctor Quaresma.

[ Gracias, Fernando Pessoa, por prestarme el personaje. ]

Tour guiado

Tras el trago, náuseas y alaridos de mi muerte, espero que sea llevadera, parece ser que viene aquello del tubo de luz. Al otro lado el Tiempo es de otra manera, no es como aquí. [ ⇒→ una sóla dirección,  ⇒→ flecha sin vuelta atrás ]  Y puede que con otro modelo de tiempo o con este mismo de aquí ahora sería posible que mi ángel me haga un tour guiado por todas mis meteduras de pata, por los sufrimientos que causé, dándome a ver los detalles que aquí me he perdido, recovecos, consecuencias, antecedentes, escenografías que yo no he visto.

Alguien me susurró que Adolfo hache, entre otros muchos, sigue haciendo su tour aún hoy, después de sesenta años de los nuestros. Hay ángeles turísticos que tienen bien meritorio y ganado su trabajo.

Un chiste,

que como muchos tiene lectura seria.

Esto era un hijo que quería «salir del armario» con su padre. Se querían mucho los dos y al hijo le daba una gran vergüenza sacar el asunto. Se enteró de que existen dos modos de decir esto, el primero sería el formato

Por favor, pásame la sal. ¡Ah! Soy homosexual.

..que pudiera decirse en cualquier almuerzo o cena cotidiana en casa.

El segundo consistiría en urdir una cita en un lejano bar de carretera, llegar mucho antes y emborracharse, de modo que cuando arribe el padre citado, ante la inevitabilidad de la situación, pueda uno armarse de valor y seguir con la confidencia.

El hijo optó por el segundo modelo. Lo citó en un lejano bar de carretera. Llegó antes, se armó de valor, y se lo dijo. El padre escuchó atento. Pasaron dos o tres raciones de tapas y varias copas más, en animada charleta. Y dos horas después, el padre tomó aire, echó su espalda hacia atrás y contestó:

―Hijo mío, me ha encantado todo esto, y hasta el modo con que me has citado aquí. ¿Sabes? Estoy orgulloso de ti, y hasta pienso que no hubieras debido decírmelo con tanta prudencia, aunque así… ya estamos cenados.

Y le comentó lo interesante que le había parecido todo lo relativo a estadísticas gais ―cualquier homófobo tiene a su alrededor muchos más LGTB de los que cree―. Y le ponderó lo bien que hasta entonces se había conducido. Le gustó saber cómo esos buenos mozos con los que le había visto últimamente eran posibles partidos. Incluso le contó sus propias experiencias relativas, situaciones que nunca compartió con él.

―Hijo mío, repito, estoy orgulloso de ti y te apoyo en todo. ¡En todo! Me he quedado además ac***** de tu inteligencia emocional, de tu sabiduría humana para conducirte hasta ahora con personas, sitauciones; con la seducción y el emparejamiento.

¡Estas copas y estas raciones te las pago yo, además!

―Gracias papá. Pero bueno, pagamos tú y yo a medias, por favor…

―De ninguna manera. Estoy muy contento de lo hemos dicho. Siento que no lo hubiéramos hablado antes. ¿Te imaginas que me hubiera chocado esta tarde viniendo para acá? Me hubiera privado de este rato franco que hemos tenido.

Eso sí… Tan sólo hijo mío te voy a pedir una cosa, nada más que una.

―¿Qué, papá?

―Que no duermas con hombres.

Y otro chiste más

Vosotros sabéis que muchos chistes empiezan con una exageración, con una gran exageración increíble.

El universo mide unos veinte mil millones de años luz de diámetro, el Universo observable, al menos.

¿No os parece una exageración propia de chistes?

Por si aún no tenéis otra cosa mejor que hacer

que seguro que sí. Clásico de Hollywood. De las mejores películas acerca de la pobreza. Los viajes de Sullivan, USA, 1941, Preston Sturges. Suelo pecar de cinismo y desesperanza diciendo que hay dos clases de pobres, los ruidosos y los silenciosos. En la película aparecen ambos.

[Añado después, la cuenta de youtube se ha caído, buscad vosotros el pasaje en que el millonario se viste de pobre y su mayordomo, elegante, abronca a su propio amo y le hace una definión de probreza]

Muchas gracias por haberme leído. Como la energía, el agua o aire limpios, la atención: un recurso escaso hoy.  Espero que os hayan sido estos apuntes más útiles que a mi lavadora.

Si a alguien le ha molestado algo, o está fuera de lugar, que me lo diga y lo borro corriendo.

Os pido perdón por tomar vuestro tiempo. Castos besos en vuestra pantalla.


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