Recursos humanos

Contemplando personas en la calle, imágenes de cartones, mantas, litronas, tetrabriks de Don Simón, gente desempleada cuyo trabajo se convierte en pedir dinero. Esta es la imagen que aún tengo de las personas sin techo. Un amigo a cargo de una fundación que acoge a personas sin hogar me cuenta otra cosa. El conjunto de personas sin techo es más amplio. No son sólo los que se emborrachan cada día para tolerar la crudeza de su vida, los que ya han desarrollado una enfermedad mental que difícilmente les permitirá subirse al tren de nuestra sociedad. También hay personas que les vinieron mal dadas, extranjeros y refugiados que huyeron de la guerra, de la amenaza de muerte (a veces por ser homosexuales), personas como tú y como yo, que un día decidieron separarse de su pareja coincidiendo con la pérdida de su trabajo y casi sin comerlo ni beberlo se encuentran en la calle por evitar la vergüenza de tener que explicar lo sucedido a amigos y familiares. Este fin de semana quiero unirme a algunos de estos “sin techo” que se hacen cargo de la hospedería de un santuario de los dominicos que quedaba deshabitado por falta de vocaciones. Me admiro de la visión de quien apostó para que estas personas se vuelvan a ilusionar y se enganchen a una convivencia y servicio entre ellos y los demás. Sí, Señor, esta fundación de personas sin hogar tiene recursos humanos.R e


Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad