Contemplando a una persona de la edad de mi padre que se une a un grupo de jóvenes para hacer la confirmación. Les triplicaría en edad, miembro de este grupo desde que tengo uso de razón. Allí estaba como uno más, disfrutando de recibir el Espíritu de Jesús en medio de una celebración llena de emociones. Un verdadero descenso del Espíritu.