Quédate conmigo: Así podré convertirme en luz para los otros. Esa luz, oh Jesús, vendrá toda de Ti; ni uno solo de sus rayos será mío.
Te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines a las almas a través de mí. Déjame alabarte en la forma que te es más agradable: llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras en el camino de otras almas.