El fundamento de mi vida es sentir que no pertenezco a este mundo, pero aún así Dios me pide que esté y trabaje en él. Que estoy sellado por su Espíritu y que por mucho que pretenda esconderlo, estoy tocado por su mano y se me nota. Descubrir que hay cosas que a pesar de despertar desde hace años gran pasión en mí, ya no me interesan tanto y están dejando paso a otras que no imaginaba. El fundamento de mi vida es descubrir que Jesús de Nazaret ha sido desde pequeño mi mejor amigo, mi amado. Que tengo que seguir buscando y replanteando las cosas, admitir que las motivaciones se agotan, las etapas se cierran y ver cómo cada vez más claramente aflora lo más esencial y vital de mí mismo. El fundamento de mi vida es gozar intensamente al contemplar lo bien hechas que están las cosas inspiradas por su Espíritu. El fundamento de mi vida es dar gracias porque mi queridísimo Señor intenta siempre estar alrededor de mí.