Dios nuestro, por la Concepción Inmaculada de la Virgen María
preservada de todo pecado,
preparaste a tu Hijo una digna morada
en atención a los méritos de la muerte redentora de Cristo,
concédenos, por su intercesión,
que también nosotros lleguemos a ti
purificados de todas nuestras culpas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.