Concede a tu humilde siervo su lugar. Que reconozca y descubra que quizá ese lugar que ha ocupado desde hace años es en realidad el suyo. Gracias por tener personas de referencia en mi vida, que me ayudan a no ceder en la prueba y a sentir que mi Señor se hace presente, a dar importancia a lo que de verdad la tiene. Gracias, mi Señor, gracias.