Dios nos libre, por su Pasión, de decir ni pensar, para detenerse en ello, «si soy más antigua», «si he más años», «si he trabajado más», «si tratan a la otra mejor». Estos pensamientos, si vinieren, es menester atajarlos con presteza; que si se detienen en ellos, o lo ponen en plática, es pestilencia y de donde nacen grandes males (Camino de Perfección, Santa Teresa de Jesús).