ORGULLOSO de SER HUMANO

Como mucha gente en este planeta, he nacido en el siglo pasado. Un siglo que se caracterizó porque la humanidad vivió experiencias nuevas casi con constancia: guerras mundiales, genocidios de cifras desorbitadas, liberación sexual, emigraciones masivas, el desarrollo de las artes visuales, el descubrimiento de los antibióticos, la cibernética, etc, etc, etc.

Todo esto, y más, metidos en 100 años.

No me es extrañó entender que se necesitara poner etiquetas a las cosas. Una necesidad de saber donde esta cada cosa y definir su lugar para no confundirse.

Pero compartimentar todo, al final,  no nos ayudo a ser más prácticos ni más libres. Simplemente sirvió para saber que «eso» … no soy yo y crear más guerras, más genocidios, más segregación, más separación, más de todo.

Antes de que el lenguaje nos ayudara a comprender la múltiple diversidad que existe en nuestro interior y, por ende en la humanidad toda, pues las etiquetas nos ayudaron a separarnos más, a negar más, a perseguir más, a crear la intolerancia, la radicalidad, la incomprensión. A desvestir a los humanos de su «ser libre», de su dignidad, de su realización y el poder de decidir las formas de lograrlo.

Hace 47 años un grupo de PERSONAS humanas cansadas de los atropellos salieron pacíficamente a las calles a decir: “¡Somos, Estamos, Existimos, Valemos!”.

Fue el primer orgullo Homosexual. (Que pena que PERSONAS debamos luchar por el reconocimiento de ser quienes somos. Algo que ya la existencia nos da al darnos vida)

A partir de allí las etiquetas (que apenas tienen 100 años): heterosexual, homosexual, gay, lesbiana, bisexual, pansexual, asexual, transexual, intersexual, andrógino, etc. comenzaron a aparecer.

Soy nacido en el siglo pasado. Hay cosas de estas que aún no comprendo pero he llegado a «comprender» que no es necesario hacerlo. Que sí necesito «aceptar» que todo es posible y que TODOS tienen derecho a vivir sus posibilidades en esta vida.

He trabajado durante 48 años para aceptar mis posibilidades, vivirlas, construirlas (con ensayo y error), amarlas y ayudar a otros a lo mismo.

Hoy puedo decir que estoy ORGULLOSO de mi diversidad, de mi aceptación, de mis posibilidades, de SER HUMANO y aún sigo creciendo (y creyendo) en ello.


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