Creando conciencia, haciendo silencio en medio de mucho ruido. Contemplando a María, su desconcierto y confusión. Mirando también mis miedos, mis excusas. Mirando cómo María pregunta que cómo va a ser posible tener un hijo sin conocer varón. Escuchando palabras del ángel: «no tengas miedo». Escuchando y recibiendo un plan que no es suyo. Viéndose de Dios y perteneciendo a Él, deja que se haga según la voluntad de Dios. Sea mi voluntad y mi corazón movido, para poder decir que SÍ.