Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Id, y haced que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he enseñado. Y yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo». Como diría Santa Teresa: «No existe unión a Cristo sin misión».