Mirándose interiormente

Poned los ojos en vos y miraos interiormente, como queda dicho: hallaréis a vuestro Maestro, que no os faltará; antes, mientras menos consolación exterior, más regalo os hará […] Quisiera yo saber declarar cómo está esta compañía santa con nuestro acompañador, Santo de los Santos, sin impedir a la soledad que ella y su Esposo tienen, cuando esta alma dentro de sí quiere entrarse en este paraíso con su Dios, y cierra la puerta tras sí a todo lo del mundo. Digo «quiere», porque entended que esto no es cosa sobrenatural, sino que está en nuestro querer y que podemos nosotros hacerlo con el favor de Dios, que sin este no se puede nada (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 29, 2-4).


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