Mi vida en manos de Dios. Deseando poner mi vida en sus manos. Tratando de mirar mi vida con los ojos de Dios. Sin ver ni intuir mucho que el de Arriba ve, le pido que me haga saber de esa imagen pasada y presente que tiene de mí y de mi vida y especialmente de la imagen futura de acuerdo a su deseo y voluntad. Sin acierto para ver esa mirada, sin imaginarme mi nuevo camino o quizá el que sin ser nuevo, he seguido desde siempre. Confianza me queda y confianza pido. Entretanto, buscando, siguiendo, siendo paciente: horas, días, semanas, meses, años. Sabiendo que mi vida siempre etuvo, está y estará en tus manos.