El margen de maniobra es el dinero que tienen que reservar las empresas para poder funcionar desde que se invierte hasta que se cobra. Grandes empresas con buenos y bien definidos objetivos y negocios han saltado por los aires por falta de liquidez, porque no han podido superar la gestión del día a día, porque su margen de maniobra se extinguió. La autoestima, sentirse hondamente querido, apoyado, apreciado y arropado, estar en paz consigo mismo, el buen humor, la alegría, el entusiasmo, la tranquilidad son los activos que constituyen el margen de maniobra de toda persona. El tiempo desde que se siembra hasta que se recoge. Los que permiten gestionar la dificultad y dureza del día a día y no sucumbir al desánimo, la negatividad y la desesperanza. Junto a esto, hace también falta un objetivo, un sentido hondo y claro de por qué vale la pena vivir, desde uno y hacia los demás.