Leyes para la igualdad real ¡YA!
En esta carrera incesante en búsqueda de la igualdad, llena de hitos históricos que recordar, con sus avances y retrocesos, sus tristezas y alegrías, a veces conviene pararse un momento y echar la vista atrás para saber de dónde venimos, única forma de comprender el punto en que nos encontramos. Y para ello nada mejor que mantener el diálogo vivo con nuestros mayores, mujeres y hombres homosexuales, bisexuales o transexuales que tuvieron que vivir en épocas menos amables, pero que gracias a su entereza y a su lucha nos enseñaron, nos enseñan que el camino a seguir, por difícil que parezca, es el del arcoíris, porque al final del mismo siempre brilla el sol.
Hace exactamente 10 años, en 2005, con la aprobación de la llamada Ley de matrimonio igualitario, y dos años más tarde, en 2007, con la aprobación de la denominada Ley de identidad de género, culminábamos una etapa marcada por la búsqueda de la igualdad formal de las personas lesbianas, gais, transexuales y bisexuales. Aquellos fueron años de enorme alegría, pues significaban, a nivel legal, el reconocimiento y la garantía de nuestra dignidad. Tras la larga época oscura, en la que se nos negaba la oportunidad de ser como somos y de sentir como sentimos, equiparándonos incluso a vagos, maleantes o malhechores, conseguíamos, gracias a la lucha de los colectivos y asociaciones LGTB, así como de muchas personas anónimas que nos precedieron, esa igualdad anhelada. Contamos para ello con el apoyo de distintas fuerzas políticas progresistas y de un Gobierno que entendieron que una sociedad, para ser auténticamente decente, debía reconocer la igual dignidad de todos sus integrantes.
Aquel momento de júbilo, que siempre deberíamos celebrar, no nos hacía olvidar, sin embargo, lo que todavía hoy sabemos: Que la consecución de esa igualdad formal o legal no significaba que automáticamente ya fuésemos, en realidad, iguales.
Ahora ha llegado el momento de apostar definitivamente por un conjunto de leyes y normas que den un paso de gigante en la consecución de esa igualdad real que constituye el objetivo final de nuestras reivindicaciones y de toda sociedad democrática que se precie.
En primer lugar, nos parece que no puede esperar ya más la aprobación de una ley básica que aborde de manera integral las necesidades del colectivo transexual, tanto desde una perspectiva sanitaria, como laboral, educativa, social, etc. Lo primero que habría que decir, alto y claro, es que la personas trans no son enfermas, pese a que tengan determinadas necesidades que deben ser atendidas desde el punto de vista sanitario. Resulta además imperioso proceder a una armonización de los derechos de este colectivo en todos los territorios del Estado, así como contribuir mediante campañas bien orientadas a acabar con la ignorancia y los consecuentes prejuicios que existen sobre este grupo de personas.
Para que esa igualdad formal no se quede en una mera declaración de buenas intenciones, reivindicamos también, en consonancia con las recomendaciones de la Unión Europea, la aprobación de una Ley por la igualdad de las personas LGTB y contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género, que contenga medidas eficaces para proporcionar una protección integral contra los delitos de odio y establezca medidas proactivas de intervención y concienciación en muy diferentes frentes (educativo, sanitario, laboral, social, etc.) . Hay que tratar de evitar, además, por todos los medios, incluidos los sancionadores, que una persona pueda ser objeto de discriminación en sus relaciones laborales, comerciales, contractuales, etc., por su orientación sexual o su identidad de género. Para ello, demandamos una ley estatal que recoja, al menos, todos los avances logrados tanto en Cataluña como en Extremadura.
De igual modo, reivindicamos que se garantice por medio de ley el derecho de las parejas de mujeres o mujeres solas al pleno acceso a las técnicas de reproducción asistida en la sanidad pública, que se garantice el derecho de las personas transexuales a la maternidad/paternidad, así como que se asegure a las personas LGTB el acceso, en condiciones de igualdad, a la adopción y el acogimiento de menores.
En el terreno educativo, y a fin de acabar con esa lacra que tanto dolor causa, el acoso escolar homofóbico, bifóbico y transfóbico, constituye una prioridad aprobar un conjunto de normas que fomenten el respeto a la diversidad sexual, de género y familiar, de forma que, entre otras cosas, se incluya en el currículo educativo una asignatura que enseñe a los más jóvenes que entre los valores a cultivar en una sociedad democrática, que propugna, como principios esenciales de la misma, la libertad, la igualdad y el libre desarrollo de la personalidad, se encuentra el respeto a la orientación sexual o a la identidad de género de cada persona.
Asimismo, dado el incremento de las infecciones de transmisión sexual, urge acometer acciones educativas y campañas públicas orientadas a sensibilizar a la población, en general, y al colectivo LGTB, en particular, por su especial vulnerabilidad, sobre la necesidad de protegerse en las relaciones sexuales. También constituye una prioridad dar respuesta a las situaciones de estigma y discriminación que viven las personas con VIH. Por ello queremos que se ponga en marcha un Pacto de Estado frente al VIH, el sida, el estigma y la discriminación en el que participen representantes de todos los Gobiernos (estatal, autonómicos y municipales), así como de los partidos políticos, los sindicatos y la patronal, las ONGs, etc., con el fin de impulsar las políticas de respuesta al VIH y los procesos de inclusión laboral y social de las personas seropositivas.
También somos muy conscientes de que aún hay muchos países a lo largo y ancho del planeta en que ser (o parecer) lesbiana, gay, transexual o bisexual puede, literalmente, costarte la vida o la libertad. La abominable persecución que los aparatos del Estado practican en determinados lugares del mundo contra cualquier persona cuya condición sexual se aparte de la normativizada tenemos que tenerla siempre presente. Y reivindicamos, en consecuencia, que desde las instancias europeas y nacionales se adopten medidas adecuadas para que esa discriminación, tantas veces brutal, tenga consecuencias negativas para el Estado que la práctica. En esta línea, exigimos que en los procedimientos y protocolos de asilo el Gobierno español tenga muy en consideración la orientación sexual o identidad de género de la persona que solicita ese asilo, a fin de concedérselo cuando existan indicios racionales de que su vida o integridad corre riesgo cierto en caso de permanecer o regresar a su país de origen.
Todas estas reivindicaciones, y algunas más, se las hemos hecho saber a todas las fuerzas políticas en las pasadas elecciones municipales y autonómicas y así se lo haremos saber a todas ellas de cara a las próximas elecciones generales.
Somos conscientes de que la igualdad real de las personas LGTB no se consigue únicamente con la aprobación de una serie de leyes. No obstante, creemos que a esta tarea puede contribuir muy decisivamente la existencia de un corpus normativo que ofrezca protección frente a aquellos intentos de discriminar a una persona a causa de su orientación sexual o identidad de género.
Y con Orgullo queremos recordar a quien tanto ha hecho por el movimiento LGTB, por el éxito de tantos ORGULLOS. Gracias, Pedro Zerolo, por tu activismo y lucha, por tu alegría, por enseñarnos a vivir con Orgullo. Tu recuerdo permanece vivo especialmente en días como hoy. ¡Gracias, Pedro, mi niño!
Por ser ante todo, y sobre todo un ACTIVISTA
Sólo nos resta animaros a seguir reivindicando, en esta celebración de nuestra dignidad sin vergüenza que es el Orgullo, un compromiso cierto y palpable de todos los poderes públicos con la igualdad, con la igualdad real, para que llegue el día en que ser lesbiana, gay, transexual o bisexual no signifique, en el espacio público, nada diferente que ser heterosexual. No queremos más, pero nunca nos conformaremos con menos.
¡¡¡¡Feliz ORGULLO LGTB 2015!!!!